vitoria. La partida ha comenzado y después de que el presidente del Gobierno español anunciara el adelanto de las próximas generales, Bildu apuesta por el suma y sigue.
Así se desprende de la oferta que ayer extendieron representantes de EA, Alternatiba y la izquierda abertzale ilegalizada a PNV y Aralar para conformar entre todos una alianza electoral con la que defender en Madrid varios puntos en los que no debería serles difícil coincidir. Entre ellos destacan la reivindicación de que se den avances en la normalización política y en el proceso de paz, que se reconozca a "Euskal Herria como nación con derechos democráticos nacionales" o que se defienda "ese sujeto nacional vasco bajo el principio de Euskal Herria tiene la palabra y la decisión". También aspiran a "situar la reivindicación del derecho a decidir en una dimensión integral, presentando a la sociedad vasca un proyecto nacional como sinónimo de un proyecto económico y social justo y democrático", haciendo en este sentido explícita la reivindicación de un "marco vasco de relaciones laborales".
"Una oportunidad" Los impulsores de la propuesta defendieron que las próximas elecciones son "una oportunidad para profundizar en la nueva fase política abierta en Euskal Herria" y, como consecuencia, para "afianzar la adhesión social y el debate político que vayan haciendo irreversible, tanto el tránsito hacia un proceso de paz y soluciones democráticas, como el avance hacia un cambio político y social desde posiciones soberanistas e independentistas" en el que vascos y españoles convivan "desde el respeto a las decisiones democráticas de sus respectivas sociedades".
Distinta respuesta Presentadas las bases del primer planteamiento de base, las dos formaciones aludidas respondieron a esta oferta desde claves bien diferentes.
El PNV, que hace una semana presentó como bandera electoral una apuesta renovada por lograr un "nuevo estatus para Euskadi", se mostró receloso ante esta invitación y su presidente, Iñigo Urkullu, aseguró ayer que no cree "que sea la fórmula idónea" ni "que la izquierda abertzale quiera hacer nada" con su partido. Para el dirigente jeltzale, "más allá del emplazamiento público se esconde la realidad del día a día", en el que recordó que Bildu está llegando a acuerdos "con el PSE o con el PP en las instituciones vascas". Por eso, aunque reconoció que la propuesta puede ser "seductora para determinado votante", redujo la oferta de una confrontación con el Estado a "un cebo electoral", antes de concluir que, si bien está abierto a una "alianza coyuntural" entre formaciones abertzales, subrayó que se debería producir "sobre la base de lo que es el proyecto de cada formación política"; es decir, encontrándose tras haber ido cada cual por su ladoen las planchas electorales.
Aralar, por su parte, expresó en un comunicado la misma disposición del PNV a reunirse con los promotores de esta alianza, si bien en el caso de la formación que dirige Patxi Zabaleta se mostraron más receptivos aunque evitaron valorar la oferta "hasta que conozca la propuesta concreta que se le realiza". En todo caso, su vicecoordinador general, Jon Abril, reiteró ayer la "disposición" de su partido a "acercar posturas" para "la construcción" junto a Bildu "de una izquierda abertzale con distintas sensibilidades", auque advirtió que antes se deberán superar las diferencias que ambas sensibilidades mantienen en materia de pacificación. "Todavía hacen falta más pasos, pero bienvenidos sean los acuerdos si son buenos", reflexionó ante los micrófonos de Onda Vasca.
Opciones en Navarra La comunidad foral puede ser un escollo en las negociaciones, tanto por lo que sucedió en la pasada campaña como por el reparto de fuerzas salido del 22-M, que dejó igualada a la coalición con la Nafarroa Bai en la que Aralar suma sus fuerzas con PNV y los independientes; dos patas de tres que no parecen estar muy dispuestas a sumar sus fuerzas con Bildu.
Allí, NaBai fue más votada que Bildu, lo que daría a Aralar una posición de fuerza que podría hacer valer en un posible diálogo global con Bildu, pero el posible rechazo de los otros dos socios a este pacto podría jugar un papel importante en esta negociación.
Por de pronto, Bildu se negó ayer a "especular", mientras que Aralar acometerá este debate en su congreso de septiembre.