EL CAIRO. Según señaló el grupo opositor Comités de Coordinación Local, se han registrado hoy al menos siete fallecidos por las balas de las fuerzas de seguridad en Arbin (al oeste de Damasco), dentro de la jornada bautizada como "Dios está con nosotros".

El portavoz de ese grupo Omar Edelbe añadió que hay decenas de heridos en esa ciudad y no descartó que la cifra de víctimas mortales pueda aumentar con el transcurso de las horas.

Asimismo, otras dos personas murieron en Homs (centro), otra en Madamiah (en la periferia de Damasco) y otra más en Deraa (sur), según los Comités, que rectificaron la información proporcionada previamente sobre la muerte de una persona en Madaya.

Estas víctimas se produjeron en un viernes de manifestaciones masivas, como las celebradas tras el rezo del mediodía en el barrio Qudsia de Damasco, en Deir al Zur (este), y en la mayoría de los barrios de Alepo (norte), que hasta el momento ha sido una de las ciudades donde menos eco han tenido las protestas.

Sin embargo, Edelbe dijo que el cerco de las tropas sirias ha impedido que esas manifestaciones se reproduzcan en la ciudad de Hama, donde la oración del mediodía del viernes (la más importante de la semana) fue prohibida en todas las mezquitas, salvo en pequeños templos de los alrededres.

Mientras, el presidente de la Organización Nacional Siria de los Derechos Humanos, Amar Qurabi, señaló en declaraciones al canal de televisión qatarí "Al Yazira" que las protestas se han extendido a las ciudades portuarias del Mediterráneo como Tartuz, Raqa y Latakia, donde también se han registrado muertes.

El nuevo desafío de los sirios al régimen llega dos días después de que Al Asad promulgase el decreto que garantiza el multipartidismo en Siria, algo que los opositores ponen en duda, y además, consideran, llega muy tarde.

"Es un decreto que se retrasó cinco meses (desde el inicio de las reivindicaciones el pasado marzo), y 2.000 mártires después", consideró Edelbe, para quien la reforma "no va a tranquilizar la situación, puesto que los jóvenes ya no esperan nada de una autoridad que ha perdido la legitimidad".

"El único decreto que espera el pueblo es la dimisión de Al Asad", zanjó el activista.

Por el momento, se calcula que han perdido la vida al menos 1.639 civiles y 386 efectivos de las fuerzas de seguridad desde el inicio de la revuelta popular, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.