GINEBRA. Pillay expresó su preocupación por las informaciones que apuntan a que 145 personas fueron asesinadas el pasado viernes en los enfrentamientos entre los manifestantes y el Ejército que pretendía aplacar las protestas.

Según informaciones de la ONU, al menos 120 personas perdieron la vida en la ciudad de Hama a causa de la represión militar con tanques y artillería pesada, víctimas estas que se suman a las varias decenas de muertos en Deir Ez Zur, un suburbio de Damasco, y otras ciudades sirias.

Por ello, la ONU asegura que la cifra de fallecidos puede ser todavía más elevada.

"El Gobierno ha estado intentando ocultar al mundo la situación tan alarmante que se vive en el país al negar el acceso a la prensa extrajera, observadores de derechos humanos y a la misión enviada allí por el Consejo de los Derechos Humanos", afirmó Pillay.

Sin embargo, a juicio de la Alta Comisionada, Siria no está teniendo éxito en sus pretensiones porque todo el mundo "está siendo testigo" de las atrocidades perpetradas por las autoridades sirias "contra su propia gente".

Además de pedir el "cese inmediato" de la violencia, Pillay exigió que se permita la entrada de las organizaciones humanitarias que quieren entrar a Siria para asistir a la población afectada por la represión.

"El uso de la fuerza para restaurar la ley y el orden debe ser siempre el último recurso, pero Siria la está usando como primera respuesta contra los manifestantes", subrayó la Alta Comisionada.

Pillay señaló que además de los asesinatos, se están produciendo docenas de detenciones arbitrarias en todo el país, incluyendo de defensores de los derechos humanos, a los que se les está privando, mediante el uso de la violencia, de sus derechos a la libertad de expresión y de reunión.

"Necesitamos una investigación transparente e independiente por parte de la comunidad internacional sobre la violencia, los asesinatos, el excesivo uso de la fuerza, las torturas y los arrestos arbitrarios que reina desde hace meses en Siria", aseveró Pillay.