Madrid.No se trata de una autoinmolación por el bien del partido, como quisodestacar Camps en su discurso de despedida, sino de una operación bienplanificada por los servicios jurídicos del PP que durante seis días,desde la confirmación de la apertura del juicio oral por el caso de los trajes,han jugado a crear una víctima. La sensación que los hombres de Trillo(responsable de Justicia en el PP) quieren construir en torno alpresident caído es la de un hombre honrado, acosado por un sistemapérfido (manipulado por el PSOE) que prefiere dejar sus cargos antes decargar con la deshonra de seguir en el sillón a toda costa. El hecho deque el PP tenga atado y bien atado el asiento que rige la Generalitatpermite esta operación que el abrazo de Trillo al final de la puesta enescena de la dimisión, confirma.

ConCamps, en pose institucional y rodeado por su abatido equipo, diciendoque se marcha pero proclamando su inocencia y defendiendo que surenuncia es por un bien mayor (conseguir que Rajoy llegue a laMoncloa), los populares querían evitar que nadie incidiera en loevidente: que quienes estaban acusados junto a él por corrupción(aceptar los trajes regalados por los popes de Gürtel)se han declarado culpables (el ex secretario general del PPCV, RicardoCosta, el exvicepresidente del Consell, Víctor Campos, y el ex jefe degabinete de Turismo, Rafael Betoret). La pregunta es si el PP quiereque pensemos que el resto de los acusados son corruptos, pero noFrancisco Camps.

Pero hay además otralectura. Con esta operación también tratan de cumplir un segundoobjetivo: Camps cae formalmente por 14.201,5 euros en trajes, pero nopor los millones de euros (6,8 según los socialistas) que su Gobiernohabría dado a dedo a los responsables de Gürtel ni por los 2,5 millones de euros de dinero manchado con los que supuestamente se habría financiado el PP valenciano.

Finalmente, el sacrificio del presidenttampoco podrá tapar otra evidencia: que durante 29 meses el entramadodel PP ha negado lo que finalmente se ha demostrado cierto, al menos enlos casos de Costa, Campos y Betoret.

Discurso Ensu comparecencia de ayer (convocada por sorpresa a primera hora de latarde tras no acudir, como estaba previsto, a la mañana al juzgado),Camps presentó su dimisión como un "sacrificio personal por el bien dela Comunitat Valenciana, de España y del PP", y, seguido, se declaró"completamente inocente" del delito de cohecho pasivo que se le imputa.El ya expresident (aunque seguirá en el cargo hasta que su sustituto,Alberto Fabra, tome posesión) arremetió contra el "sistema brutal" queha llevado la "falsa" imputación de una investigación judicial de laque, según dijo, se demostrará "su inconsistencia porque no haencontrado ni encontrará "en él "ni un euro ni un bien más" de los queha declarado que tiene. Camps, quien también defendió la inocencia delresto de procesados, manifestó que a partir de ahora está "liberado"para defenderse "donde corresponda de estas infamias y estas insidias",y añadió que se va "con dignidad, orgullo y honestidad".

"Estoyharto de que cuando se hable de la Comunitat Valenciana no se hable denuestra gente, nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestraindustria, nuestro futuro, nuestra proyección y nuestra grandeza",manifestó, para decir: "Allá los miserables" que no han sabido ver enesta tierra "un proyecto de futuro". El "sacrificio" de la dimisión loofrece también a España porque, según dijo, no puede ser "ni el másmínimo obstáculo para que la voz clara y nítida de Mariano Rajoy y detodo el PP llegue a los 46 millones de españoles", y éste sea elpróximo presidente del Gobierno.