Madrid. El candidato del PSOE a la Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba, dibujó ayer las líneas maestras de su futuro programa electoral, que incluye un giro a la izquierda con medidas concretas, como que la banca destine parte de sus beneficios a crear empleo, y un guiño al 15-M, con una reforma electoral.

Poco después de que el comité electoral del PSOE le ratificara como futuro cartel electoral, Rubalcaba se estrenó como candidato con un discurso de una hora, en un auditorio abarrotado por compañeros de partido, familiares y amigos, entre ellos su mujer, Pilar Goya, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Ante ellos, ofreció algunas pinceladas de su proyecto, que pretende ser "ambicioso y realista", porque no está dispuesto a prometer aquello que no pueda cumplir, convencido además de que "nada está escrito" ante las próximas elecciones generales, en las que algunos vaticinan una derrota socialista. "Voy a trabajar al límite de mi capacidad. Voy a salir a darlo todo", garantizó.

Con el propósito de ser "útil" a España, Rubalcaba desgranó los cuatro compromisos sobre los que girará su programa electoral: crear empleo, impulsar una economía sana y competitiva, defender las políticas sociales y la igualdad de oportunidades e impulsar los cambios en la política y en la democracia que está pidiendo la ciudadanía.

Una de sus "recetas" para crear empleo por la "vía rápida" es pedir a los bancos y a las cajas que dediquen parte de sus beneficios a este cometido, una vez que concluya la reestructuración del sistema financiero. "Los bancos y las cajas pueden y los jóvenes no pueden esperar", subrayó Rubalcaba sin más concreciones, para después dejar claro que "llegará el momento" de avanzar más hacia políticas redistributivas, de modo que quienes menos han sufrido con la crisis colaboren en la recuperación, y planteó por ejemplo la recuperación del impuesto sobre el patrimonio para las clases altas.

También abogó por incentivar el contrato a tiempo parcial, con más flexibilidad para los empresarios y más seguridad para los trabajadores, así como por vincular las rentas salariales a los beneficios empresariales.

Con todo, precisó que España debe cumplir el pacto del euro y seguir con sus compromisos de reducción del déficit, porque "no es verdad que el déficit sea progresista".

En cuanto a la economía, garantizó que se va a partir "el pecho" por los emprendedores e hizo una defensa a ultranza del sistema educativo como fundamento de una nueva economía. Sin olvidarse de aspectos como la necesidad de tener una administración pública eficiencia y sin duplicidades, unas buenas infraestructuras, un mercado laboral seguro y flexible, un sector industrial robusto y un sistema financiero que cumpla su función de prestar a empresarios y familias.

Las energías renovables, el cambio climático y las personas mayores son los tres sectores en los que, a su juicio, puede haber mayor creación de empleo en los próximos años.

No hizo ninguna referencia en su discurso al modelo de Estado ni a la política antiterrorista, pero sí reivindicó la política y la democracia como fórmulas para cambiar a mejor la vida de los ciudadanos.

'Indignados' El guiño al 15-M llegó cuando Rubalcaba reconoció la necesidad de reformar el sistema electoral para que sea más proporcional y explicó que a él le gusta el modelo alemán, con circunscripciones pequeñas que favorecen la relación entre los ciudadanos y los candidatos, junto con un resto de votos nacional que favorece la proporcionalidad. Frente a la corrupción, planteó que el Estado tenga "algún tipo de control previo" sobre los planes urbanísticos de ayuntamientos y comunidades autónomas como fórmula preventiva.

Reflexionó en este contexto sobre las quejas de los indignados respecto a la prevalencia de los mercados sobre la política y, ante quienes creen que "los políticos han perdido la batalla", juzgó que sólo desde la política se puede romper "el axioma casi ineluctable" según el cual los beneficios van para unos pocos y las pérdidas para la mayoría.

Defendió una agencia de calificación de riesgo europea y la implantación de una tasa para las transacciones financieras internacionales.

En políticas sociales, planteó un MIR para el profesorado y sugirió una atención singularizada a los alumnos con más dificultades para prevenir el abandono escolar. Rubalcaba no se arrugará ante toda esta tarea, según dijo, pero pidió que sus compañeros de partido le echen una mano a la hora de convencer "a muchos millones de españoles" para que vuelvan a confiar en el PSOE. "Hagamos que suceda", les exhortó.