Los bomberos han tenido que sofocar un pequeño incendio en la cocina,donde, al parecer, la mujer estaba preparando la comida cuando se haproducido el ataque
BILBAO. El hijo de la mujer de 58 años asesinada en la localidad vizcaina de Portugalete, de 18 años de edad, ha sido detenido como presunto autor del crimen de su progenitora y de su hermano de 12 años, según ha confirmado la Ertzaintza a Europa Press.
El joven se presentó sobre la una y veinte de esta tarde en las dependencias de la Policía Municipal de Sestao, para entregarse por el homicidio de su madre y de su hermano, por lo que fue arrestado.
TRÁGICO SUCESO
Según fuentes de la invetigación, la mujer y su hijo hallados muertos en su domicilio familiar han sido asesinados a cuchilladas. Ambos, de 58 y 12 años, respectivamente, estaban ya muertos cuando la Ertzaintza ha llegado a la vivienda.
El alcalde de Portugalete, Mikel Torres, que se ha personado en el lugar de los hechos, ha apuntado que los dos fallecidos presentaban golpes en la cabeza dados con un objeto contundente.
Según las fuentes policiales, el padre, que se había ido por la mañana a un centro de salud para someterse a una prueba médica, ha sido quien ha avisado a la Policía, ya que al volver a casa no ha podido abrir la puerta del domicilio. En la puerta había manchas de sangre, y su mujer no respondía a sus llamadas telefónicas.
Agentes de la Ertzaintza y de la Policía municipal ha llegado sobre las diez y media de la mañana, cuando dos agentes de la Ertzaintza y un bombero han entrado en la vivienda de la calle Federico García Lorca, en una urbanización del barrio de Repelega, y han hallado los dos cadáveres.
Los bomberos han tenido quesofocar un pequeño incendio en la cocina, donde, al parecer, la mujer estaba preparando la comida cuando se ha producido el ataque.
La Ertzaintza ha precintado la vivienda, unos bloques de unos cinco años de antigüedad, según el alcalde, y la Policía científica se encuentra en el lugar buscando pruebas.
Además, el consistorio ha precintado los contenedores de los alrededores por si el homicida se hubiera desecho en ellos de prendas o armas.