vitoria. La decisión de algunos ayuntamientos gobernados por Bildu de impedir el acceso de los escoltas ha generado una corriente de opiniones que suma a toda la clase política. Desde el PNV, Iñigo Urkullu valoró ayer que este tipo de medidas se deberían adoptar de forma consensuada. "No me parece de recibo que se hayan puesto en práctica sin hablar, sin dialogar, sin consensuar las consecuencias de esas medidas", censuró.
La alcaldesa de Andoain, Ana Carrere, abrió la espita al prohibir que los guardaespaldas puedan entrar en el Ayuntamiento, al tiempo que ordenó retirar el arco de seguridad instalado en su acceso principal. Le siguió el Consistorio de Lasarte-Oria y el regidor de Donostia, Juan Carlos Izagirre, afirmó que su Corporación estudiará esta posibilidad.
Sobre esta misma cuestión, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, exigió ayer a la alcaldesa de Andoain que, si "quiere trabajar por la normalización", pida a ETA su "desaparición definitiva". En un comunicado, reclama a la regidora de Bildu "que adopte las medidas oportunas para garantizar la máxima seguridad y libertad de los concejales".
El coordinador de Aralar, Patxi Zabaleta, opinó por su parte que la decisión de Bildu "es un reflejo positivo de una evolución que se está dando y que va a seguir ocurriendo". "La normalización tiene que tener reflejos diferentes en todo tipo de instituciones y en los ayuntamientos los está teniendo", dijo.