vitoria. Los escoltas se han convertido en uno de los protagonistas inesperados del escenario postelectoral. Al calor de la cada vez menor amenaza de la violencia de ETA, las instituciones han comenzado a reducir la protección de los cargos electos, lo que ha provocado sus quejas. Pero además, algunas corporaciones municipales lideradas por Bildu han empezado a considerar prescindible su presencia en los Ayuntamientos, poniendo así la guinda al pastel de su malestar.

Ayer, miembros de la Asociación de Escoltas en activo del País Vasco y Navarra se citaron con la cúpula del PP vasco para abordar la "precipitada" decisión del Gobierno Vasco de reducir del número de guardaespaldas sin que "la amenaza etarra" haya "desaparecido".

Tras comprobar que comparten esta inquietud con sus interlocutores populares, los escoltas centraron su crítica en el PSE, al que acusaron de mostrar un "talante" muy diferente ante sus quejas al que encontraron en el PP, que les recibió "de forma inmediata" mientras, según denunciaron, todavía están "a la espera de que el señor Rodolfo Ares, consejero de Interior del Gobierno Vasco, se digne a responder" a la cita que le pidieron. "El malestar por la falta de información y el desprecio del que somos objeto los escoltas por parte del Gobierno Vasco nos está poniendo de acuerdo por fin", dijeron los portavoces de esta asociación, reflejando así lo que parece ser una preocupación compartida por la mayor parte de este colectivo.

decisiones municipales Y es que en municipios como Andoain, la nueva Corporación ha prohibido el acceso a estos profesionales, mientras que en otros como Lasarte se han retirado medidas de seguridad como el arco detector de metales, lo que a su juicio les impide estar "en condiciones de garantizar la seguridad" de sus protegidos.

El propio Ayuntamiento de San Sebastián reconoció ayer mismo que "está por decidir" si sigue el camino de estos consistorios, si bien recordó que ya durante el mandato de Odón Elorza se limitó el acceso a su interior a los escoltas privados.

Sin embargo, el hecho de que sea Bildu la que esté tomando este tipo de decisiones ha levantado más de una ampolla, especialmente entre quienes aún dudan del pedigrí de la coalición soberanista en su rechazo de la actividad de ETA.

reacción de interior Especialmente clara fue la respuesta que dieron los máximos representantes de Interior en Euskadi y en el Estado, Rodolfo Ares y Alfredo Pérez Rubalcaba.

El primero mandó ayer una carta a la alcaldesa de Andoain en la que le expresó su "total disconformidad" con la medida adoptada, recordándole que su obligación es velar por la seguridad de todas las personas.

En la misma línea, Rubalcaba recordó "a la gente de Bildu" que los gobiernos están sometidos a las leyes y que deben hacer "que se cumplan". De lo contrario, les advirtió de que les obligará por la vía legal. "Tenemos mecanismos para garantizar la seguridad de las personas en todo momento, pero si no los tenemos, le puedo asegurar que tardaré una semana en traer una ley al Consejo de Ministros", aseguró tajante.