vitoria. La jornada de constitución de los ayuntamientos siempre depara sorpresas, en parte porque la realpolitik de la gestión municipal, en ocasiones, depara curiosos compañeros de viaje ajenos a las directrices de las ejecutivas. Ayer, hubo algo de eso -los dos ediles socialistas que apoyaron al ya alcalde de Bildu en Lanestosa, por ejemplo-. Pero en general todo ocurrió con arreglo al guión establecido. Y, ayer, el guion hablaba de consumar la separación que PNV y PSE iniciaron en 2009, después de que ambos anunciaran su intención de presentar a sus propios candidatos. El ejemplo más paradigmático -aunque impregnado de arriba abajo de cuestiones ligadas a la política municipal y a la figura de Ana Urchueguía- es el de Lasarte-Oria, donde los socialistas se han ido a la oposición tras 30 años de gobierno, en favor de Bildu con el apoyo del PNV. Los socialistas se han dejado otras alcaldías por el camino por la negativa jeltzale a apoyarle, caso de Andoain, o por el respaldo de Bildu en favor del PNV, como en Trapagaran. En esta guerra de nervios que han protagonizado ambas fuerzas durante las semanas previas, también los jeltzales se han acabado viendo apeados de algunas alcaldías por mediación de los socialistas, caso de Llodio, donde gobernará Bildu -primera fuerza-, al decidir el PSE no apoyar finalmente al candidato jeltzale, que sí fue respaldado por el Partido Popular.
Pero la pérdida más dolorosa, que el PSE-EE ya situó como casus belli a las primeras de cambio, es la de Donostia. El candidato de Bildu, Juan Karlos Izagirre, recibió la makila de manos del socialista Odón Elorza, después de que el recién aterrizado Ernesto Gasco se quedara a un voto de la requerida mayoría absoluta -al sumar los votos de su grupo y los del PP- y el jeltzale Eneko Goia cosechara los seis del PNV.
"Han elegido de compañero de viaje a Bildu, demostrando que esta decisión es estratégica en Gipuzkoa y en Euskadi. Joseba Egibar ha decidido cerrar el ciclo del PNV en la Diputación de Gipuzkoa. Para ser coherente, lo que tiene que hacer es constituir una mayoría con Bildu y quedarse de segundón en la Diputación", decía el consejero de Transportes y secretario general del PSE guipuzcoano, Iñaki Arriola. Así que, la jornada de ayer sirvió también para aclarar el futuro de la Diputación guipuzcoana, donde cualquier resquicio que pudiera quedar para descabalgar a Martin Garitano parece haber quedado dinamitado. Mañana se constituirán las Juntas y se verán los movimientos de las diversas formaciones a la hora de configurar la Mesa, pero si Markel Olano tenía alguna esperanza de que el PSE reconsiderara su posición y le diera su respaldo para repetir como diputado general, la situación creada tras los juegos de apoyos municipales podría haberla roto definitivamente. Esto no aclara en absoluto el escenario de la Diputación alavesa, todavía pendiente de las dos junteras de Ezker Batua.
Por lo demás, la jornada transcurrió ayer sin sobresaltos de entidad. Dos episodios a reseñar en este apartado: el veto del nuevo Consistorio de Lizartza, integrado en su totalidad por Bildu, a la presencia de periodistas en el Pleno y los incidentes en Elorrio después de que la única edil del PP deshiciera con su voto el empate a ediles entre Bildu y PNV en favor del segundo -era la segunda formación más votada-. Después de los plenos de ayer, Bildu probablemente se erige como la gran vencedora de la jornada. Es la primera fuerza municipal de Gipuzkoa, donde además se ha hecho con la Alcaldía donostiarra, de manera que la izquierda abertzale gobernará por primera vez una de las tres capitales de la CAV. En Álava, logran las 12 alcaldías de los municipios en los que fueron la fuerza más votada, entre las que destacan Llodio y Agurain.
En el lado contrario, los grandes perdedores seguramente fueron los socialistas, que se quedan con ocho gobiernos de los 18 que tuvo en 2007. En Álava, conservan dos alcaldías de las ocho que tenían en 2007, incluida la pérdida de Gasteiz. En Bizkaia, mantienen Portugalete y Barakaldo, pero pierden Basauri, por ejemplo. En Gipuzkoa, mantienen plazas fuertes como Eibar o Irun, pero pierden otras como Andoain o Errenteria. También los jeltzales se ven arrollados por Bildu. Logran 93 alcaldías, pero pierden plazas relevantes en Gipuzkoa, como Tolosa o Beasain, o en Álava, donde quedan apeados de Llodio.