MADRID. La misión, denominada Origins-Spectral Interpretation-Resource Identification-Security-Regolith Explorer (OSIRIS-REx), será la primera misión de Estados Unidos para traer a muestras de un asteroide a la Tierra, hito ya conseguido por Japón. "Este es un paso crítico en el cumplimiento de los objetivos planteados por el presidente Obama para extender nuestro alcance más allá de la órbita terrestre baja y explorar en el espacio profundo", dijo el administrador de la NASA Charlie Bolden.

NASA seleccionó a Osiris-Rex después de examinar tres informes de estudio conceptual para nuevas misiones científicas, que también incluían una misión de retorno de muestras desde el otro lado de la Luna y una misión a la superficie de Venus. Después de viajar cuatro años, OSIRIS-Rex se acercará al asteroide seleccionado, 1999 RQ36. Una vez que se coloque a tres kilómetros del asteroide, la nave comenzará seis meses de mapeo de su superficie.

El equipo científico escogerá un lugar desde donde el brazo de la nave tomará una muestra. La nave espacial poco a poco se acercará al sitio, y el brazo se extenderá para recoger más de 56 gramos de material antes del regreso a la Tierra en 2023. La misión, con excepción del vehículo de lanzamiento, se espera que cueste alrededor de 800 millones de dólares. Las muestras se almacenarán en una cápsula que aterrizará en unas instalaciones en Utah en 2023.

El diseño de la cápsula será similar al utilizado por la nave Stardust de la NASA, que en 2006 trajó a la Tierra las primeras partículas de un cometa, el Wild 2. La cápsula de muestras OSIRIS-Rex será llevado a Centro Johnson de la NASA en Houston.

El material será entregado a un centro de investigación siguiendo el protocolo estricto de protección planetaria. RQ36 mide aproximadamente como cinco campos de fútbol. El asteroide, poco alterado con el tiempo, es probable que represente una instantánea de la infancia de nuestro sistema solar. También es pobable que sea rico en carbono, un elemento clave en las moléculas orgánicas necesarias para la vida.

"Este asteroide es una cápsula del tiempo desde el nacimiento de nuestro sistema solar y marca el comienzo de una nueva era de la exploración planetaria", dijo Jim Green, director del Planetario de la NASA División de Ciencias en Washington. "El conocimiento de la misión también nos ayudará a desarrollar métodos para un mejor seguimiento de las órbitas de los asteroides." La misión medirá con precisión el "efecto Yarkovsky" por primera vez. El efecto es un pequeño empujón causado por el Sol en un asteroide, ya que absorbe la luz solar y emite de nuevo la energía en forma de calor.

El pequeño empujón se acumula con el tiempo, pero es irregular debido a la forma del asteroide, la composición de oscilación, la superficie y la rotación. Para los científicos es importante predecir la trayectoria de un asteroide se acerca a la Tierra y entender los efectos que puedan cambiar su órbita.