vitoria. El sector primario del territorio histórico hace ya algunos años que busca vías de escape a un futuro que se antoja muy negro. La apuesta por acortar los circuitos de comercialización que deja demasiados ingresos en las arcas de las grandes empresas transformadoras y distribuidoras y poco en la de los productores llevó a que hace algunos años un grupo de agricultores y ganaderos se embarcaran en nuevas iniciativas que tenían la venta directa como principal objetivo. De esta forma, hace dos ejercicios nació Arabaesnea, una cooperativa de una decena de profesionales que pusieron en marcha un proyecto para vender directamente al consumidor leche fresca del día pasteurizada por el propio colectivo.

Con este objetivo se colocaron cinco máquinas expendedoras de leche en distintos puntos de la provincia. La idea gozó de una gran acogida en el origen, pero la crisis y los hábitos de consumo de la población han hecho que poco a poco las ventas hayan caído. Así las cosas, mientras que cuando nació en agosto de 2009 se retiraban alrededor de 1.500 litros diarios de los puestos, hoy en día esa cifra ha caído a la mitad.

Esta circunstancia ha hecho que los propios impulsores del negocio se hayan planteado nuevas alternativas. Por ello, a partir del verano, pondrán en marcha una nueva forma de venta de su producto. Y es que, en vista de la situación actual, han decidido reinventarse. "Al principio había colas, pero nos hacemos cómodos y no estamos acostumbrados a ir hasta un sitio a comprar leche todos los días, aunque sí lo hagamos con el pan. Preferimos perder algo de calidad en favor de la comodidad", explica Javier Salazar, uno de los promotores de esta iniciativa.

Por eso, han decidido iniciar una experiencia piloto en la que embotellarán la leche y la pondrán a la venta en algunas panaderías empezando por una en Dulantzi y quizás también algunas de los barrios nuevos de Vitoria. Esta idea no se había puesto en marcha en un principio por considerar que, a través de la máquinas, se identificaba más el producto como algo diferencial y porque, además, así se favorecía una mayor sostenibilidad con la reutilización de las botellas.

No obstante y ante los últimos resultados, los ganaderos implicados en esta propuesta empresarial probarán algún tiempo con este nuevo formato con la esperanza de que el consumidor, al tener más accesible la leche, adquiera el hábito de compra diaria. Una vez comprobada la validez , el colectivo se planteará extenderlo a otros establecimientos comerciales.

Además, para contribuir a la reactivación de las ventas y buscar un mayor público potencial, trasladarán dos de sus máquinas a nuevos puntos del territorio. Arabaesnea cuenta con puntos de venta directa en siete zonas del territorio histórico. Cuatro están en la capital alavesa, en concreto, en la Plaza de Abastos, el Mercado Gasteiz (Avenida Gasteiz) y los centros comerciales El Boulevard y Gorbeia, además de en las localidades de Araia, Agurain y Murgia.

cambio estratégico Sin embargo, la falta de demanda registrada en el Mercado Gasteiz y en la cabeza municipal de Asparrena, donde no se han cubierto las expectativas, ha llevado a que los integrantes de la cooperativa hayan decidido cambiar estos puntos de venta. Así las cosas, a partir de este mismo mes, las máquinas de estos lugares se llevarán a la Cuadrilla de Ayala y las principales localidades de ésta, Llodio y Amurrio, donde se espera que la población responda con mayor entusiasmo a la iniciativa.

No hay que olvidar que el producto que pone a la venta este colectivo tiene unas características muy especiales. De hecho, pretende una vuelta a la leche con menos transformación y una mayor conservación de sus nutrientes. Es decir, la leche con sabor a leche, prescindiendo en la medida de lo posible de su transformación industrial. Los ganaderos ordeñan a las vacas cada noche para realizar la pasteurización requerida por Sanidad a primera hora de la mañana. Posteriormente, trasladan el producto directamente a las diferentes máquinas expendedoras del territorio donde se venden por un euro el litro. Precisamente el certificado de su frescura y su mayor naturalidad implican que su fecha de consumición se reduzca a cinco días.

Esta actividad, de momento, sólo sirve como complemento a una agrupación que tiene una capacidad de producción diaria de 25.000 litros diarios. A pesar de que al recortar el circuito, las ganancias por esta vía comercial son mucho mayores, lo cierto es que continúan teniendo que vender la mayor parte de su producción a las empresas transformadoras.