WASHINGTON. Pese a los aires triunfales con que Washington anunció la operación contra Osama Bin Laden, pronto surgió un batallón de incrédulos que insisten, imperturbables, en que el líder de Al Qaeda no está muerto, o al menos, en que la muerte no se produjo tal y como la contó la Casa Blanca.

El discurso del presidente Barack Obama fue rotundo y su mensaje, el que millones de estadounidenses esperaban desde hacía casi diez años. Pero para los adeptos a las teorías de la conspiración, la frase "Osama bin Laden está muerto" sonó a gato encerrado.

¿Cómo pudo vivir el hombre más buscado del mundo en una mansión a las afueras de Islamabad durante años sin ser encontrado?. ¿Por qué tanta prisa en tirar su cuerpo al mar?. Y, sobre todo, ¿por qué se ha decidido no publicar la fotografía de su cadáver?.

Bautizados por los medios como "deathers" -en contraste con los "birthers" que hace una semana cuestionaban el lugar de nacimiento de Obama, escépticos de todo Estados Unidos lanzan desde el lunes estas y otras preguntas a través de Internet.

De poco sirvió que la propia red terrorista Al Qaeda confirmara el viernes la muerte de su líder: para los conspiradores, muchos de ellos convencidos también de que el Gobierno de EEUU orquestó los ataques del 11-S, la llamada Operación Gerónimo no fue más que una herramienta para impulsar la campaña de reelección de Obama.

"Bin Laden fue capturado con vida y está siendo interrogado en alguna parte del mundo", asegura Colin David Leach en la página de Facebook "Osama bin Laden NOT Dead", que cuenta con más de 2.000 seguidores.

Para muchos otros, el líder terrorista fue asesinado hace años y permanece congelado en algún lugar del mundo, mientras que en la página web abovetopsecret.com, especializada en conspiraciones, el consenso está en que Al Qaeda es una red "creada por la CIA", lo que invalida su confirmación de la muerte.

"Cuando nos proporcionen pruebas concretas y verificables lo consideraré. Hasta ahora, todo han sido declaraciones y rumores... y hay demasiadas fuentes que contradicen la conveniente historia que nos cuenta Obama", escribe el usuario "Wcitizen" en el foro de la web.

Aunque el clamor de muchos de los incrédulos parece surgir de la falta de pruebas, es "muy improbable" que las visiones conspiratorias se esfumen a golpe de fotografías o documentos oficiales, según Barna Donovan, profesor de Comunicación en la Universidad de St. Peter (Nueva Jersey) y especializado en este tipo de teorías.

"No hay cantidad alguna de pruebas, por suficientes o sólidas que sean, que pueda hacer cambiar de opinión a quienes creen en estas teorías", aseguró a Efe Donovan.

Se trata, según el profesor, de un fenómeno tan "fascinante" como "preocupante", ya que ocupa a gente que se siente "tan alienada del sentir general del mundo" que necesita creer que "todo lo que provenga de una fuente oficial es automáticamente una mentira".

Pero el escepticismo no proviene sólo de los internautas: hay, además, una lista de comunicadores que tardaron poco en arquear las cejas ante la versión del Gobierno y repiten cada día a sus respectivas audiencias que no se fíen de todo lo que escuchan.

Uno de ellos es Alex Jones, un locutor de radio famoso en Texas por su discurso conservador que acompañó la noticia de la muerte de Bin Laden el domingo con la frase: "Amigos, esto es una completa y total patraña".

El hecho de que no haya cuerpo, de que éste fuera arrojado al mar, es el "ingrediente perfecto", según Donovan, para sazonar una teoría conspiratoria, que, una vez cocinada y reposada, tiene el potencial de durar "décadas".

"Sólo hay que mirar a los que aún creen en que el hombre nunca llegó a la luna", recuerda Donovan.