vitoria. Cada vez son más los ciudadanos que llegan a Álava en busca de una opción de vida. Lo hacen tanto de otras provincias como de más allá de las fronteras. Tal panorama contrasta, sin embargo, con otra realidad que dicta que cada vez son menos los vecinos de estos lares que salen en busca de una oportunidad fuera del territorio histórico. De hecho, los que se mueven sólo es para mudarse a otra localidad de la provincia, que casi siempre -en un 85,4% de los casos- es la misma: Vitoria. La ciudad que ofrece por ser la capital más posibilidades de empleo como nudo empresarial y comercial que es.
Aunque una sola urbe es la que concentra la mayoría de movimientos migratorios, lo importante es que las cuentas salen. No en vano, el territorio recibe más población de la que pierde y su saldo entre los que nacen y mueren es positivo. Todo ello convierte al territorio histórico en el único de Euskadi que ha ganado población de manera constante en los últimos diez años, tendencia que se ha acentuado en el periodo más reciente. Tanto es así que Álava destaca por ser la única provincia vasca que mantiene ininterrumpidamente un balance migratorio favorable y la que presenta una mayor tasa de migración neta, muy superior a la de la media de la CAV. En concreto, justo el doble puesto que mientras la diferencia entre los que van y los que llegan en esta provincia se sitúa en un 14,5 por cada mil habitantes, en el resto de Euskadi es de un 7,8.
Los motivos de esta evolución hay que buscarlos en los saldos vegetativos, es decir, en la resta entre nacimientos y defunciones, y de los saldos migratorios, como resultado de las emigraciones e inmigraciones. Así, según especifica el Eustat en su Panorama Demográfico sobre la última década, en la evolución de los saldos destaca Álava, ya que en los últimos diez años ha tenido positivos los dos saldos. El incremento de población ha sido constante y se ha acentuado en los últimos años.
Con todo ello se pueden establecer conclusiones que explican que es un alavés de 20 a 34 años el que mejor responde al perfil de persona que cambia de domicilio en el territorio histórico. Joven pero con la línea de su horizonte bien fijada a la hora de hacer las maletas ya que, en el momento de cambiar de rumbo, lo hace con la vista puesta en una única cuadrilla: la Llanada, la comarca que registra un mayor número de movimientos porque, lógicamente, en ella se ubica la capital.
Si alguna ciudad destaca por ser la tierra de las oportunidades, ésa es Vitoria. No en vano, la mayoría de patateros -un 85,4%- la escoge por ser la más habitada y la que concentra mayores oportunidades de empleo. No pasa lo mismo en el resto de capitales vascas. A Bilbao sólo la eligen un 41,8% de los vizcaínos que deciden cambiar de residencia y a Donostia, un 34,7%. Lógicamente, ambas localidades están rodeadas de otras en áreas metropolitanas desconocidas en Álava que hacen más heterogénea la búsqueda de vivienda o de servicios y mejores oportunidades. En cualquier caso, estos datos sitúan a este territorio en lo más alto del podium de los movimientos intramunicipales. "A partir de 2006, en Bizkaia y Gipuzkoa se produce un descenso de las migraciones internas, mientras que Álava continúa su ritmo ascendente", refleja el Eustat.
Sea como fuere, la realidad dice que las capitales acostumbran a ser los destinos preferidos para las personas nacidas fuera de la CAV, quienes las eligen en un 69% de los casos. En cuanto a otro tipo de migraciones, Andalucía, Cataluña, Valencia, Murcia, Canarias, Castilla la Mancha y Aragón son las regiones que aportan más población a Euskadi. Por el contrario, las que se sitúan como foco de atracción para que un vasco afiance allí su morada son algunas más cercanas, como Cantabria, Navarra, Castilla y León y Madrid.
Si se analiza la incidencia de cada tipo de migración sobre la población de cada una de las comarcas se observa que Rioja Alavesa y Valles Alaveses registran el mayor número de movimientos por inmigraciones y emigraciones en relación a su población.
Salidas al exterior Además, Álava destaca por registrar el menor número de movimientos externos -salidas al extranjero fuera de la UE- y por la incidencia de éstos en su población. En concreto,tal circunstancia afecta a 36,5 de cada mil habitantes, mientras que en Bizkaia ese registro se queda en el 28,7 por mil y en Gipuzkoa, en el 25,1 por mil. "La movilidad externa o extracomunitaria es reducida si se compara con el resto de comunidades autónomas, donde se mueven un promedio de 44 de cada mil habitantes", puntualiza el informe del Eustat.