Trípoli. El viceministro de Exteriores de Libia, Jaled Kaim, lamentó ayer los ataques perpetrados en la madrugada del domingo contra algunas de las sedes diplomáticas ubicadas en Trípoli. Según explicó, las fuerzas de seguridad se vieron abrumadas por la multitud que salió a las calles de la capital para protestar por la muerte de Saif al Arab, el hijo menor de Muamar Gadafi y tres de sus nietos, durante un bombardeo de la OTAN bel sábado sobre el complejo residencial de la familia del dictador libio. No obstante, Kaim aseguró que el Gobierno de Gadafi se encargará de evaluar los daños en estos inmuebles y de repararlos.

El viceministro indicó que las embajadas afectadas habían sido las de Reino Unido e Italia, así como el Departamento de Asuntos Consulares y Comerciales de Estados Unidos. Sin embargo estos ataques y el hecho de que la ONU haya retirado a su personal de la capital libia por miedo a posibles represalias, ha hecho que la mayoría de las legaciones occidentales que aún permanecían abiertas en Trípoli cerraran ayer sus puertas. De hecho sólo Hungría, de entre los veintisiete miembros de la Unión Europea, mantiene su embajada abierta mientras países como Turquía cerraban ayer también su legación. Así, a día de hoy, sólo 40 países de todo el mundo mantienen operativas sus embajadas en Trípoli, entre ellos los aliados tradicionales de Gadafi: Cuba, Rusia, Ucrania y Venezuela.

Guerra En cuanto al parte de guerra, la aviación de la OTAN destruyó ayer al menos diez carros de combate y vehículos del Ejército gadafista cerca de Zintan, una importante ciudad del noroeste de Libia en poder de los rebeldes. Además, los ataques aéreos también pusieron fin a los ataques reforzados que la artillería gubernamental había lanzado ayer sobre Misrata.