vitoria. Las fuerzas fieles al líder libio Muamar Gadafi comenzaron el día bombardeando de manera intensa y, por sorpresa, varios puntos de la ciudad de Bengasi, el principal bastión de los rebeldes, así como la ciudad de Misrata, en el oeste del país y única localidad de aquella zona en manos aún de los rebeldes. En teoría seguía vigente el alto el fuego decretado un día antes, pero los testimonios eran claros: la orden, aunque desmentida por el régimen, era tomar cuanto antes las últimas posiciones insurgentes antes de que intervinieran los aviones de la coalición occidental para detenerlos.
Los rebeldes resistían como podían y miraban al cielo en demanda de la ayuda prometida por Naciones Unidas. Los aliados discutían en París y las tropas gadafistas avanzaban. Las columnas de refugiados, según los medios árabes, empezaban a huir hacia la frontera con Egipto. La desesperación se adueñaba de Bengasi. Quizá, para cuando aparecieran los aviones prometidos, fuera ya demasiado tarde... Y entonces, pasadas las tres de la tarde, aparecieron los primeros cazas franceses. La denominada operación Amanecer Odisea había comenzado y en ella participaban fuerzas militares de hasta cinco países. Primero los aviones franceses se hacían con el control del espacio aéreo sobre Bengasi, después atacaban y destruían varios blindados fieles a Gadafi rebajando la presión sobre los milicianos rebeldes; unas horas después se les unían aviones de combate ingleses, italianos y canadienses que extendían las operaciones de castigo también al cerco sobre Misrata y, finalmente, misiles Tomahawk estadounidenses explotaban en las inmediaciones de Trípoli.
Al cierre de esta edición y según afirmaba la agencia oficial libia Jana, la ciudad natal de Gadafi, Sirte (en el centro de la costa) también estaba siendo atacada con misiles y operaciones aéreas de la coalición.
respuesta Ante esta ofensiva el líder libio, Muamar el Gadafi, lanzó a la noche un discurso a través de la televisión estatal (sólo se escuchó el audio) en el que insistió en que habrá una respuesta militar a la "agresión" de las fuerzas aliadas y definió el Mediterráneo y África del como "una zona de guerra". En un mensaje de apenas cuatro minutos, el líder libio anunció que los depósitos de armas libios "se abrirán inmediatamente para armar a la población con el fin de defender al país". "El pueblo libio llama a los pueblos de las naciones árabes e islámicas, así como a los de Latinoamérica, Asia y África a apoyar a los héroes del pueblo libio", aseveró.
Asimismo, dijo que tras los ataques "de ahora en adelante estarán expuestos al peligro los intereses de los países", en supuesta referencia a los países miembros de la alianza que han acordado la intervención. "Ésta es una agresión imperialista cruzada capaz de desatar una guerra cruzada generalizada", recalcó e insistió en que "hay que abrir todos los arsenales y armar al pueblo (libio) con todo tipo de armas para que defiendan a Libia y a su honor".
Gadafi subrayó que Libia usará su derecho de autodefensa conforme al artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas y resaltó que las operaciones aliadas son "injustificables" y "darán nacimiento a una guerra de religiones". La breve intervención fue emitida de forma abrupta por la televisión libia, aunque la había anunciado con antelación.