Vitoria. Relojes sincronizados, operativos desplegados y todo el mundo listo para iniciar el asalto coordinado. Eran las cinco y media de la madrugada de ayer cuando tres grupos de la Ertzaintza actuaron al unísono. Irrumpieron en el mismo segundo en tres domicilios radicados en distintos barrios de Vitoria ocupados por miembros de una banda de atracadores de pisos. Lograron detener a tres de sus integrantes, todos ellos de origen georgiano. Destacados expertos en su campo y con adiestramiento militar en su currículum, se les atribuye una docena de asaltos a viviendas de la capital alavesa. Su botín era siempre el mismo: oro, joyas y dinero en metálico. Elementos tan valiosos como fáciles de transportar para sacarlos inmediatamente fuera del país.
La operación conjunta se desarrolló en las calles José Mardones, Orio y Reyes de Navarra. Era crucial actuar a la vez para que la voz de alarma no corriera de casa en casa. Aunque la Ertzaintza halló personas en los tres domicilios, sólo practicó tres arrestos en la tercera de las citadas direcciones. Los equipos de intervención fueron los encargados de romper el hielo y, posteriormente, sus compañeros especialistas remataron la faena. El botín hallado no dejaba lugar a dudas sobre sus actividades. Oro, joyas y dinero en metálico en cantidades aún por especificar, ya que todavía se está procediendo al recuento. No se descarta que se produzcan nuevas detenciones en las próximas horas.
Aunque la preparación de los integrantes de este grupo era de lo más elevada, la Ertzaintza sabía de sus andanzas y les seguía la pista desde hace al menos seis meses. Los agentes que les investigaron durante este tiempo siguieron sus pasos y pudieron vincular su particular modus operandi al menos con una docena de robos cometidos en diferentes pisos de Vitoria. Los atracadores no actuaban al azar. Seleccionaban cautelosamente su objetivo e intervenían sólo cuando tenían la certeza de que el premio era lo suficientemente jugoso. Si el domicilio a desvalijar contaba con medidas de seguridad avanzadas, establecían su propio sistema de contravigilancia y las anulaban. Vigilaban las entradas y salidas hasta convenir el momento idóneo de atacar y sólo entonces entraban en acción. No imaginaban que mientras ponían sus ojos en un nuevo golpe, alguien dirigía su mirada hacia ellos.
segundo asalto La intervención policial de ayer constituye el segundo asalto dentro del particular pulso que la Ertzaintza mantiene con los clanes organizados de georgianos especializados en atracos de viviendas dentro de la capital alavesa. El primer round se produjo a comienzos de enero de este mismo año, cuando los agentes de la Policía Autonómica informaron de dos detenciones ligadas a bandas de atracadores de esta misma nacionalidad. Ya entonces, lanzaron un aviso a navegantes: "La investigación continua abierta y pueden producirse más arrestos".
En aquella primera operación, la Ertzaintza centró su mira en un piso del centro de Vitoria en el que residían varios georgianos. A pesar de no tener trabajo, manejaban grandes cantidades de dinero. Mientras estrechaban el cerco sobre el grupo, uno de sus miembros, de 29 años, resultó detenido en las inmediaciones del citado piso. Otro de los sospechosos, de 23 años, fue arrestado cuando los agentes procedieron al registro de la vivienda, donde se encontraron monedas antiguas, relojes, piezas de coleccionista, joyas y dinero en metálico. La Policía autonómica también se incautó de pasaportes falsos que la banda empleaba para vender lo robado sin posibilidad de resultar identificados. El primero de los detenidos ingresó en la prisión de Nanclares de la Oca a las 48 horas de su arresto, poco después de pasar a disposición judicial.