EGIPTO. No se ha derramado sangre para no llegar a nada", dijo el ingeniero de obras públicas Salah Ahmed Mohamed, sentado en una de las aceras de la plaza.El día amaneció tranquilo en la plaza Tahrir, donde todavía permanecen muchos manifestantes acampados, pese al principio de acuerdo alcanzado ayer entre los principales partidos de la oposición y el vicepresidente, Omar Suleimán, para acabar con la Ley de Emergencia, vigente desde 1981, y enmendar la Constitución.

Para Mohamed, "Mubarak no puede hacer en seis meses lo que no ha hecho en treinta años, él es el principal responsable de lo que ocurre en el país", en referencia la intención del jefe de Estado de permanecer en el poder hasta las elecciones presidenciales, previstas para el próximo septiembre.

Por su parte, la estudiante de Odontología Aya el Habbany, que lleva desde el pasado día 25 en la plaza, dijo no sentirse representada por los partidos políticos que mantienen conversaciones con Suleimán."Ellos (los partidos) no hablan con la voz del pueblo. Algunos grupos lo único que quieren es coger fuerza y subir, pero el pueblo tiene claro lo que quiere, que es que Mubarak se marche", indicó El Habbany.

De la misma opinión es el ingeniero electrónico Talaat Ibrahim que no ve problema en que el centro de la ciudad esté paralizado por las protestas porque "cada vez que el presidente sale de su palacio se cierran las calles, tienes que esperar tres horas para poder circular en coche y no pasa nada".Desde la improvisada tribuna creada en la plaza para difundir mensajes entre los manifestantes, hoy se continuaba gritando lemas como "vete, vete, vete Mubarak" y "el pueblo quiere que el presidente caiga", que coreaban muchos de los presentes.