vitoria. "Se equivoca la dirección del EBB del PNV si cree que la campaña política y mediática de acoso y derribo al partido remitirá o desaparecerá por el hecho de un simple depósito de carnés". Un comunicado de prensa a última hora de la tarde de ayer anunciaba la decisión de Aitor Telleria, Alfredo de Miguel y Koldo Otxandiano, exburukides imputados por las causas de supuestos delitos de corrupción y espionaje que se investigan en el denominado caso Miñano, de entregar "voluntariamente" sus carnés de afiliados al PNV en tanto no concluya contra ellos el proceso judicial "y quede ratificada nuestra inocencia".
De Miguel, que fuera diputado alavés de Administración Pública, dejó su cargo al conocerse su imputación hace diez meses; Telleria también abandonó su cargo como integrante del Araba Buru Batzar. Pero tanto ellos como Otxandiano, exdirector del Instituto Foral de Bienestar Social y exdirector financiero del Parque Tecnológico de Miñano, habían mantenido hasta ayer su carnés de militante del PNV, lo que había provocado no solo la durísima crítica del resto de partidos, sino también que el presidente del Euzkadi Buru Batzar, Iñigo Urkullu, se desgañitara públicamente exigiendo que se desvincularan de la formación para evitarle un mayor desgaste político. Lo hacía en los últimos días con especial vehemencia después de que varios de los citados por la Comisión de investigación del Parlamento Vasco vinculados al partido se negaran a comparecer. "Su actitud está siendo utilizada contra el propio PNV, y si no atienden el llamamiento que les hace nuestro grupo parlamentario lo mejor para todos, y sobre todo para el Partido Nacionalista Vasco, es que entreguen su carné de afiliados y afiliadas y le dejen al PNV las manos libres", decía hace apenas quince días Urkullu.
Los interpelados no explican las razones que les han llevado a mantener hasta ayer su militancia o por qué han decidido ahora dar el paso de entregar sus carnés, para recordar que dejaron sus cargos públicos -"decidimos en su día ejercer nuestra defensa despojados de cualquier cargo o condición que pudiera ser intepretado como escudo institucional o privilegio"- y subrayar que su renuncia de ayer es "voluntaria".
al euzkadi buru batzar Lo que sí hicieron De Miguel, Otxandiano y Telleria es responder a esa acusación de estar contribuyendo a permitir la erosión de su partido, cargando con dureza contra el EBB -al que citan expresamente-, advirtiéndole de que "se equivoca si se cree que la campaña política y mediática de acoso y derribo al partido remitirá o desaparecerá" tras su gesto de ayer y acusándole expresamente de no haberles defendido convenientemente: "Exigimos al EBB del PNVque defienda al partido y a sus afiliados con mayor convencimiento y determinación de lo que ha defendido nuestra presunción de inocencia".
La dirección jeltzale evitó ayer pronunciarse sobre este comunicado, pero en los últimos días había prendido nuevamente la tesis de la distancia que EBB y Araba Buru Batzar estaban manteniendo en torno a este asunto. Ayer se manifestaba al respecto el portavoz jeltzale, Josu Erkoreka, quien en declaraciones a Efe aseguró hay una sintonía "básica" entre todos los miembros del EBB -al que pertenece lógicamente el presidente del ABB, Iñaki Gerenabarrena- respecto a la presunta trama de espionaje en Álava.
Pero los tres imputados, además de reivindicar una vez más su inocencia y denunciar "el juicio paralelo al que hemos sido sometidos", también hacen suya la tesis de que el proceso judicial en torno a los diversos casos de corrupción y espionaje que se investigan en los juzgados de Vitoria tiene como objtivo "al PNV y que las personas afectadas, en tanto que afiliadas, simplemente somos la conexión para relacionar al PNV con presuntas irregularidades".
partidismo y cortinas de humo Y es que el poliedro del caso Miñano ha acabado adquiriendo una arista netamente política en el debate público en la última semana, con los supuestos casos de espionaje político como eje. Las relaciones de los partidos se han tensionado estos días al calor del devenir de la Comisión de investigación, donde socialistas y jeltzales han encontrado en la pieza sobre el supuesto espionaje a, entre otros, cargos del PSE y el PP una nueva arena en la que cruzar armas.
El miércoles y el viernes declararon en sede parlamentaria los dos ertzainas y el exburukide imputados por esta presunta trama aunque, para entonces, el ambiente ya se había enrarecido con el abandono de Aralar de la comisión en denuncia de la filtración de sus trabajos. La guinda del pastel llegaba el viernes, al publicar este periódico la declaración de un testigo de la investigación judicial que admitió ante el juez instructor haber pasado información al CNI sobre algunos viajes del entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe, así como datos puntuales del PNV y del Gobierno Vasco.
Una "cortina de humo", según decía ayer el secretario de Organización del PSE-EE, Alfonso Gil, que los jeltzales habrían levantado, a su juicio para "obstruir" la investigación de la supuesta trama de espionaje y corrupción en Álava, porque "hay mucho que ocultar". Porque tras publicarse este testimonio, el propio presidente del Euzkadi Buru Batzar, Iñigo Urkullu, exigió que la investigación parlamentaria se amplíe también al espionaje del que podría haber sido objeto su partido -ayer Joseba Egibar también se preguntaba en Radio Euskadi por qué el fiscal o el juez instructor no han ahondado en este asunto-. Frente a la "cortina de humo", el PNV denuncia la intencionalidad política que, a su juicio, esconde esta investigación parlamentaria. En su blog, Urkullu ayer incluso advertía de que la idea de promover comisiones de investigación públicas responde al interés de "que los datos puedan ser tratados ya para los medios de comunicación, sin que lleguen a saberse las fuentes de filtraciones habidas hasta ahora".
Al respecto, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, recomendó ayer a Urkullu que si considera necesaria la investigación, lo que tiene que hacer es "proponerla al Parlamento" y no "limitarse a plantearla en los medios de comunicación". En una entrevista en Europa Press, Ares también se aferró a la teoría de la "cortina de humo" para instar al PNV a "no desviar la atención".