Vitoria. La declaración que efectuó ante juzgado de Instrucción número 4 de Vitoria J.M.F.B., el excargo de Interior que compareció recientemente para tratar de arrojar luz sobre el presunto caso de espionaje político que habrían sufrido personalidades de este territorio bajo la batuta del exburukide jeltzale Aitor Telleria -que hoy comparece en el Parlamento para declarar sobre este caso- revela una sorprendente paradoja; que él mismo utilizó la confianza que se había granjeado entre parte de la cúpula de este partido precisamente para espiarle e informar sobre su actividad y sobre la del lehendakari Ibarretxe al Centro Nacional de Inteligencia.
Como demuestra la declaración de este agregado -conocido como Tarta o Jejé por lo mucho que le costaba pronunciar su nombre, "encasquillado" por su tartamudez-, su relación con la inteligencia española viene de lejos, desde que el embrión de lo que luego sería el CNI, contactó con él para hacerse con sus servicios.
Según recoge la grabación de su declaración, a la que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA una vez que ha dejado de estar protegido por el secreto de sumario, Tarta colaboró con el CNI "desde siempre" dándole información "esporádica y puntual" sobre cuantos documentos o datos del PNV o el Gobierno Vasco consideró interesantes.
"Vigilar" a Ibarretxe Después de un periodo en el que se su colaboración con el CNI perdió intensidad, a comienzos de los 90 Tarta se trasladó a vivir a Vitoria, momento en el que el entonces jefe del CNI contactó con él para decirle: "Vuelve a casa, a la casa" -que es como se conoce a nivel interno el servicio español de inteligencia-. Y Tarta volvió.
Según él mismo relata, sus labores de información se centraron en el PNV -donde confiesa que la confianza que Luis María Retolaza, primer consejero de Interior del Gobierno Vasco, depositó en él le permitió introducirse "bastante bien" a pesar de su condición de no nacionalista- y en el Gobierno Vasco.
Éstas últimas tareas se intensificaron desde que desembarcó en el Departamento de Presidencia forzado por un Juan María Atutxa que le negó desde el principio su confianza hasta relegarle al de Meteorología porque, como él mismo admite explicando la decisión del exconsejero de Interior, "allí no estorbaba ni tenía acceso a nada".
Tarta narra cómo llegó a Presidencia para "no hacer nada", a un cargo "vacío de contenido". Y que desde aquella privilegiada atalaya tuvo la "oportunidad de vigilar un poquito a Ibarretxe y compañía". "Yo fundamentalmente les servía para ciertas informaciones como quién había ido a Cuba con el lehendakari, la lista de pasajeros, qué políticos habían ido con él,... Esas cosas entre otras", afirma antes de darlo por hechos "esporádicos y puntuales".
Más adelante, explica que el CNI le propuso meterle en nómina, pero su contacto allí se lo desaconsejó: "No te comprometas más porque te van a exigir más de lo que vas a poder hacer. Estás bien como estás en el Gobierno Vasco", le dijo; un puesto desde el que él, confiesa, ya "conseguía muchas cosas que me pedían".