Moscú/ Bruselas. El magnate ruso Mijaíl Jodorkovski, fundador de la petrolera Yukos y otrora el hombre más rico del país, condenado en 2005 a 8 años de prisión por evasión de impuestos, afronta una nueva pena, de hasta 14 años, tras ser declarado ayer culpable de robo y blanqueo de dinero (se le acusa de sustraer presuntamente 218 millones de toneladas de crudo por valor de 27.000 millones de dólares). Su socio y mano derecha, Platón Lébedev, compañero de ruta igualmente en estos juicios, se enfrenta a una pena similar por los mismos delitos. Ante este fallo la oposición parlamentaria rusa y diversas organizaciones de defensa de los derechos humanos, aseguraron constituyen la mayor persecución política que ha visto el país desde la desintegración de la Unión Soviética.
Como muchos multimillonarios de la nueva Rusia, Jodorkovski forjó su fortuna en las aguas revueltas de las privatizaciones postsoviéticas cuando fundó Yukos, la petrolera que se convertiría en una de las empresas insignia del país y le situaría como el mayor potentado del país.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton por su parte, avisó ayer de que seguirá de cerca el desenlace del juicio contra el fundador de la petrolera Yukos, Mijaíl Jodorkovski, y su socio Platón Lébedev, y recordó a Rusia que debe cumplir sus compromisos en materia de derechos humanos y el Estado de derecho "La Alta Representante ha tomado nota del veredicto de hoy", explicó su portavoz en un breve comunicado, en el que señaló que la "Unión Europea continuará siguiendo muy de cerca los acontecimientos, incluyendo el próximo anuncio de la sentencia".
Catherine Ashton, a través de su equipo de prensa, recordó además a Moscú que la Unión Europea espera que Rusia "respete sus compromisos internacionales en el campo de los derechos humanos y el Estado de derecho".
La caída en desgracia de Jodorkovsky comenzó cuando demandó reglas claras para la actividad empresarial y empezó a financiar a formaciones políticas opositoras del Kremlin, que se manifestaban contra una nueva guerra en Chechenia.
Antes de su primera detención en 2003, Jodorkovski recibió "avisos" para que dejara el país y abandonara Yukos.