vitoria. El lehendakari, Patxi López, se enfundó ayer el buzo electoral para capitanear el primer mitin con los cabezas de lista de las tres capitales vascas en los próximos comicios municipales. Pero la promoción de los aspirantes socialistas se convirtió en muchos momentos de su intervención en un ataque directo al PNV, como máximo adversario en las urnas, y un anuncio de López que disipa muchas dudas sobre la ampliación del pacto por el cambio culminado hasta ahora en el plano autonómico con sus socios preferentes del Partido Popular. "El cambio iniciado en Euskadi no tiene marcha atrás y va a extenderse a diputaciones y ayuntamientos en las elecciones de 2011", advirtió.
En un Palacio de Congresos Europa donde se dieron cita un elevado número de cargos públicos y dirigentes del PSE, el secretario general de esta formación situó en el punto de mira de su oratoria al presidente del PNV, Iñigo Urkullu, para restar peso al apoyo brindado por este partido a Zapatero -con el resultado de garantizar la estabilidad presupuestaria del Estado- y prefirió centrarse en el escenario dibujado por el líder jeltzale sobre el futuro destino de sus apoyos tras los comicios generales de 2012. La vinculación de este respaldo -ya sea a socialistas o populares- a la ruptura del pacto por el cambio en Euskadi insinuada por Urkullu no ha caído en saco roto en el discurso del PSE, donde consideran esta advertencia una amenaza que, según la lectura del lehendakari, "pone precio" a su cabeza.
López negó la mayor y aseguró que las tentativas peneuvista no van a acabar ni con él ni con su Gobierno, sostenido por el PP desde su nacimiento a través del acuerdo de bases rubricado el 1 de abril de 2009. Así las cosas, el inquilino de Ajuria Enea acusó a la formación jeltzale de "venderse al mejor postor" en Madrid con tal de perjudicar al lehendakari y criticó que el PNV recurra a la "excusa del respeto a la mayoría social" cuando gobierna en las diputaciones de Álava y Gipuzkoa a pesar de no ser la fuerza más votada en ninguno de estos dos territorios. "Que no nos vengan con cuentos; el PNV sólo tiene un principio: el que les hace creer que este país es suyo y que les corresponde gobernarlo por derecho divino. Y que los demás somos intrusos que hemos usurpado sus derechos", denunció.
final de eta La violencia en Euskadi pasó de puntillas por el discurso de López, aunque destacó la necesidad de una "refundación moral" en la sociedad vasca que acompañe al final del terrorismo. En este contexto, el lehendakari se asomó a la versión ofrecida esta misma semana en su estreno parlamentario por la directora de Derechos Humanos, Inés Ibáñez de Maeztu, que fue fuertemente criticada por las bancadas nacionalistas. Si Ibáñez de Maeztu denunció el jueves que la sociedad había permanecido "anestesiada e indiferente" con respecto a los Derechos Humanos hasta la llegada del Gobierno socialista, el lehendakari limitó ayer el efecto de esta "anestesia" a "muchas conciencias", lo que obliga, a juicio del secretario general de los socialistas en la CAV, a situar el "reconocimiento del horror sufrido y la recuperación de los valores democráticos" como pilares del nuevo escenario vasco.