WHASINGTON. El pozo Macondo en el golfo de México, responsable del peor vertido de petróleo en la historia de EEUU, ha sido declarado oficialmente extinguido, tras concluir con éxito las últimas pruebas.

El comandante del servicio de Guardacostas, Thad Allen, indicó hoy, domingo, en un comunicado que las pruebas de presión realizadas la pasada noche para comprobar la solidez del tapón de cemento inyectado a Macondo han tenido éxito y el pozo "está efectivamente muerto".

Aún se deben dar algunos pasos, requeridos por los reglamentos, pero, según la nota, "podemos declarar ya, de manera definitiva, que el pozo Macondo ha dejado de constituir una amenaza para el golfo de México".

La Oficina de Regulación y Administración de la Energía Marina ha confirmado que el sellado con cemento "ha sido un éxito, que el pozo ha quedado cerrado de manera permanente con tapones de cemento y que las pruebas de presión confirman que los tapones son sólidos".

Las últimas pruebas, comenzadas en la tarde del sábado, concluyeron hoy a las 5,54 hora local (10,54 GMT), precisa el comunicado.

"Aunque el pozo está extinguido, seguimos comprometidos con nuestros denodados esfuerzos para limpiar cualquier mancha de petróleo adicional que pueda quedar", explicó Allen, que encabeza el Mando Nacional de Incidetes.

Este Mando traspasará ahora la responsabilidad de la vigilancia de Macondo a la Oficina de la Energía Marina.

Con la declaración de "muerte" de Macondo, se pone fin a un episodio que ha durado cinco meses y que comenzó con la explosión, el 20 de abril, de la plataforma petrolera "Deepwater Horizon", en la que murieron once personas.

Dos días después, la plataforma se hundió en el mar, sin que los dispositivos que debían activarse de modo automático para cerrar el pozo llegaran a entrar en funcionamiento.

La empresa propietaria de Macondo, BP, concluyó el sábado la operación para sellar la base del pozo y reforzar el "tapón" de cemento que ya se colocó por encima de los restos hace más de un mes.

La operación sufrió un retraso de semanas debido al mal tiempo y dudas sobre la presión interna del yacimiento.

Inicialmente, BP contaba con haber podido concluir el sellado en agosto, pero un temporal obligó a abandonar los trabajos, que sólo se retomaron el lunes pasado.