Vitoria. Este mes de septiembre arrancó con el anuncio de ETA de que hacía ya unos meses que había decidido "no llevar a cabo acciones armadas ofensivas". Cerraba así -sin especificar desde cuándo o por cuánto tiempo- su frente militar. Pero, tal y como adelantó este medio el pasado día 7, mantuvo -y mantiene- abierto el que la propia organización armada denomina "frente del impuesto". La presión sobre los empresarios de la CAV se ha mantenido: fuentes de la lucha antiterrorista en Euskadi han confirmado a este periódico que ETA ha enviado desde el mes de julio más de un centenar de cartas de extorsión a empresarios de los distintos Territorios Históricos. Las cantidades que reclaman en ellas no son fijas y algunas, incluso, tienen cinco ceros a la derecha. La variación en las misivas no sólo se circunscribe al montante que se reclama en ellas en calidad de impuesto revolucionario. No todas las cartas son nuevas. Algunas son avisos para personas que ya recibieron antes una, pero que no habían realizado el pago. Y es que el circuito que sigue la extorsión de la organización armada se puede prolongar a lo largo de dos años o más desde la primera misiva enviada. En esta primera ocasión, ETA pide dinero a los extorsionados. Si no obtiene respuesta, envía una segunda carta entre nueve y dieciocho meses después. En este aviso, el grupo armado advierte al extorsionado de que no ha hecho efectivo el pago, le declara objetivo potencial e insiste en su chantaje económico. Si este segundo aviso no surte efecto, la organización suele enviar una tercera misiva. ETA declara "objetivo operativo" al amenazado, a sus bienes o a las personas que le rodean. Una misiva de este tipo es la que el pasado día 7 reprodujo en sus páginas este medio y en la que, a fecha de julio de este año, se volvía a reclamar el abono de 48.000 euros al receptor de la misma bajo la advertencia de que la única manera de "hacer reversible" el haberse convertido en "objetivo operativo" es el pago de la cantidad exigida por la banda. Aquí suele terminar el protocolo habitual que emplea el grupo armado. Sin embargo, fuentes consultadas añaden que, aunque no es muy frecuente, puede haber una cuarta carta. En ella, los terroristas piden un tanto por ciento de la cantidad demandada en concepto de no pago. Según añaden esas mismas fuentes, entre las cartas que ha enviado ETA en los últimos meses hay un poco de todo. Y todas las que llegan a manos de los encargados de la lucha antiterrorista se envían -no sólo las de estos últimos meses, sino todas- a un fiscal de la Audiencia Nacional, persona en la que se centraliza todo lo correspondiente a la extorsión que practica la organización armada. Dependiendo de la coyuntura -de si hay atentados o no- la literatura de la carta suele ser más dura o más suave.
La remesa de más de un centenar de cartas que ha podido confirmar este medio viene a corroborar la apreciación de que ETA no ha suspendido su actividad en todos los frentes, en línea con lo que la organización armada preveía en el documento interno fechado en agosto de 2009 al que tuvo acceso este periódico. En él, abogaba, dentro de su "frente político", mantener la presión sobre los empresarios para seguir recaudando unos fondos que, a juzgar por las valoraciones que realiza la propia banda, resultan de suma importancia para su supervivencia. La relevancia que tienen estos ingresos quedó de manifiesto ya en el juicio celebrado contra Ibon Fernández Iradi, Susper, en mayo de 2008, en el que uno de los responsables de la División Antiterrorista francesa aseguró que en 2002 el presupuesto de ETA se situaba en 1.550.000 euros y, de ellos, 1.450.000 procedía del cobro del impuesto revolucionario. Pero, en cualquier caso, el dato más significativo, el que puede dejar ver claramente la dimensión que tiene para la organización armada mantener abierta esta vía recaudatoria se recoge en el documento de agosto de 2009. "ETA necesitará apoyo económico para llevar su alto el fuego al ámbito del impuesto", decía la banda en este texto, constatando así esa relevancia. De ahí que la organización armada planteara entonces, el año pasado, algunas alternativas de financiación que podrían utilizarse en caso de que llegara un momento en que se tomara la decisión de cerrar también ese frente y se daba una cifra nada desdeñable en concepto de compensación por el cierre de ese frente. "Se analizarán en principio las ofertas que pueden venir del ámbito internacional en una situación así.