Rabat. El portavoz del Gobierno de Marruecos, Jalid Naciri, desvinculó ayer al ejecutivo de este país de las acciones llevadas a cabo en los últimos días frente a la frontera de Melilla por activistas de distintas organizaciones marroquíes. "Hay que distinguir las acciones de la sociedad civil de las del Gobierno", subrayó Naciri, también ministro de Comunicación, quien no quiso referirse a las "reacciones espontáneas de la población que han tenido lugar" junto a la ciudad autónoma española.

Sin embargo, Naciri afirmó que Marruecos "está deseoso de escuchar las respuestas necesarias que ha pedido" al Gobierno español sobre las supuestas agresiones de la Policía española a ciudadanos marroquíes en la frontera de Melilla y el supuesto abandono por parte de la Guardia Civil de ocho inmigrantes subsaharianos en mal estado de salud frente a las costas marroquíes.

Asimismo, aseguró que la intención de Marruecos es "crear las condiciones para un regreso a la normalidad dentro del pleno respeto de los derechos" de ambos países y para "un diálogo serio con España que tenga en cuenta los hechos recientes que originaron ese acceso de cólera por parte de las ONG marroquíes".

Por otro lado, calificó de "interferencia" la polémica visita a Melilla realizada ayer por el ex presidente del Gobierno español, José María Aznar, una iniciativa que fue tachada de "inoportuna, desleal e irresponsable" por el PSOE de la ciudad autónoma. Así, el portavoz del Gobierno marroquí criticó que "el objetivo de esa visita es interferir con los esfuerzos de los gobiernos marroquí y español para contener los problemas", en alusión a la visita a Rabat del ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, prevista para el próximo lunes. "Pero lo que nos importa no son estas pequeñas interferencias, sino el trabajo conjunto que toma en consideración los intereses de los dos países", señaló el ministro, quien apuntó que la "causa profunda" de estos altercados es "la disputa entre los dos países acerca de la soberanía sobre Ceuta y Melilla". En este sentido, aseguró que Marruecos "no cambiará su postura", aunque afirmó que "lo necesario es trabajar para sobrepasar los problemas".