PEKÍN. Según informaron hoy las autoridades locales, los últimos aludes e inundaciones han tenido lugar en el oeste de China, en concreto en las provincias de Sichuan y Shaanxi, además de Gansu, en el noroeste, donde el domingo se produjo una enorme avalancha en la comarca de Zhouqu.
En estas provincias, el agua y el barro han destruido en las últimas horas numerosas viviendas, han inundado cultivos y bloqueado las vías de transporte, informa la agencia de noticias Xinhua.
En la comarca de Longnan (Gansu), han muerto 10 personas y otras 12 permanecen desaparecidas, mientras que un unos 10.000 residentes están atrapados por las inundaciones. Las autoridades locales están evacuando a los afectados y enviando tiendas de campaña, comida, agua embotellada, mantas y utensilios de cocina a las zonas damnificadas.
En la misma provincia, 4 personas han muerto en Tianshui y otras 8 se encuentran desaparecidas. En la vecina Sichuan, los aludes han dejado 5 muertos y otros 500 residentes varados en zonas montañosas de Mianzhu, informó un portavoz municipal.
Mientras que en el municipio de Weinan, en la vecina provincia de Shaanxi, las inundaciones han afectado a unas 100.000 personas y obligado a evacuar a otras 4.600. La oficina de asuntos civiles local informa de que más de 4.800 viviendas han sido destruidas o dañadas por las aguas.
Los centros meteorológicos advierten que en las próximas horas el temporal seguirá afectando a la comarca de Zhouqu, en Gansu, donde miles de damnificados esperan ayuda tras la gigantesca lengua de barro que desde el domingo ha causado 1.144 muertos y 600 desaparecidos.
China vive su peor monzón desde hace doce años, con más de 3.400 muertos y desaparecidos desde que comenzó la temporada en mayo, con daños comparables a los producidos por las crecidas del río Yangsé en 1998, que ocasionaron más de 4.000 muertos y 140 millones de desplazados.