DUBLÍN. La zona ha sido cerrada al tráfico mientras artificieros del Ejército británico examinan el artefacto explosivo, indicó un portavoz de la PSNI.
Es el tercer intento de atentado de este tipo cometido en la última semana supuestamente por grupos disidentes del ya inactivo Ejército Republcano Irlandés (IRA), opuestos al proceso de paz en Irlanda del Norte.
El pasado miércoles, un soldado del Ejército británico salió ileso de un intento de asesinato cuando la bomba lapa que llevaba adosada a los bajos de su vehículo cayó a la vía pública en la localidad de Bangor, al noreste de Belfast.
Tres días después, otro dispositivo similar se desprendió del coche de una agente de policía católica en Kilkeel, en el condado fronterizo de Down.
Ambas acciones fueron atribuidas al IRA Auténtico, el grupo disidente más activo en la isla y responsable de la muerte de 29 personas, dos de ellas españolas, en el atentado de Omagh (en 1998), la acción terrorista más sangrienta del conflicto norirlandés.
El pasado martes, un coche bomba cargado con cien kilos de explosivos y estacionado frente a una comisaría de la localidad de Derry, en el oeste de la provincia autónoma británica, causó importantes destrozos y cuantiosos materiales en la zona.
En declaraciones a la cadena BBC, el parlamentario del Partido Socialdmócrata y Laborista, el nacionalista Patsy McGlone, informó de que varias casas de Cookstown, así como una residencia de ancianos y una guardería, fueron hoy desalojadas por la alerta de seguridad.
"Las campañas de violencia e intimidación no tuvieron justificación alguna en el pasado y no la tienen ahora", recalcó el político.
Según la PSNI, la amenaza terrorista de las organizaciones disidentes aún es alta, por los que altos mandos del cuerpo han advertido de que la pérdida de vidas humanas es "sólo cuestión de tiempo".
También temen que la "imprudencia" con la que operan los terroristas disidentes provoque otro "atentado como el de Omagh".