VITORIA. A las seis de la tarde en punto, con un cielo parcialmente soleado y una temperatura agradable de 22 grados, se lanzó el cohete con el que arrancaron las fiestas de La Blanca e inmediatamente después Celedón, ataviado con el típico traje de aldeano alavés y un paraguas, descendió por los aires desde la torre de San Miguel hasta la plaza.

En esta ocasión, el concejal de EB de Vitoria, José Navas, a quien tocaba este año lanzar el chupinazo, cedió este honor a cuatro ciudadanos anónimos que salieron airosos de la prueba observados atentamente por miles de ojos.

Emocionados, estos cuatro afortunados, Joseba Pangua, operario de Mercedes; Pedro Montoya, trabajador del servicio telefónico municipal 010; Aurora San Vicente, profesora de baile, y Patricia Furlong, argentina propietaria de un gimnasio, cumplieron satisfactoriamente su misión como chupineros.

El vuelo de Celedón estuvo acompañado con vítores, botes y aplausos del público y en el momento de tocar tierra el muñeco fue relevado por el Celedón de carne y hueso encarnado por décimo año consecutivo por Gorka Ortiz de Urbina, quien se abrió paso entre el público por la plaza con un gran esfuerzo físico ayudado por una comisión de "blusas" (comparsas).

El Celedón humano no se libró de los "tocamientos" del público tal como manda la tradición, que dice que el que le toca liga, y logró atravesar sudoroso y sonriente el paseíllo de 115 metros del recorrido hasta la balconada de San Miguel, donde se encontraban las autoridades.

Allí, entre los sones de la típica canción "Celedón ha hecho una casa nueva, Celedón, con ventana y balcón", declaró inauguradas las fiestas, que concluirán el día 9.

Pese a que el Ayuntamiento recomendó un año más que no se lleven envases de vidrio para evitar cortes a los asistentes, el consejo cayó en saco roto y se descorcharon miles de botellas de cava.

Durante el acto, varias personas desplegaron en la plaza una pancarta con el frase "Independentzia" y otra con el lema "Jon gudari (luchador)", en referencia al etarra Jon Anza, cuyo cadáver fue encontrado en el depósito de un hospital de Toulouse (Francia).

En la balconada, varios políticos nacionalistas de la izquierda abertzale, de EA y del PNV vestían camisetas con frases alusivas a la oficialidad de las selecciones deportivas vascas, en protesta por la presencia estos días de la selección española de baloncesto en la capital alavesa para participar en el preparatorio del Mundial de Turquía.

En la balconada de San Miguel se congregaron decenas de autoridades y representantes de la vida política, cultural y social, entre ellos el alcalde de la ciudad, Patxi Lazcoz, quien estaba ataviado con una camiseta con el lema "V-Green Capital", para defender la capitalidad verde de la ciudad.

También estuvieron presentes la consejera vasca de Educación, Isabel Celaá, en calidad de lehendakari en funciones; la consejera de Cultura, Blanca Urgell; o el diputado general de Álava, Xabier Agirre.

Representantes de todas las formaciones políticas vascas como el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti (PP); el secretario general de este partido en Euskadi, Iñaki Oyarzabal; el presidente del PNV en Álava, Iñaki Gerenebarrena o el dirigente de EA, Peio Urizar, también disfrutaron del acto inaugural.

Este año las fiestas vitorianas están marcadas por la crisis económica ya que su presupuesto, 936.000 euros, se ha reducido en un 10 por ciento respecto al año anterior aunque durante los seis días habrá más de 300 actividades como conciertos musicales, teatro, espectáculos de humor, corridas de toros, fuegos artificiales, eso sí, sin vuvuzelas ni megáfonos, cuya venta ha sido prohibida por el Ayuntamiento.

Durante estos días festivos actuarán, entre otros, los grupos musicales Alpha Blondy, Macaco, Doctor Deseo, Efecto Mariposa y Berri Txarrak, además de grupos locales repartidos por varios escenarios de la capital alavesa.