PAMPLONA. Empujones, patadas, una bofetada... Para SOS Racismo,"un maltrato y un abuso". Los que cometieron dos agentes de laPolicía Municipal de Pamplona contra un joven de nacionalidadecuatoriana, de 19 años de edad, al que detuvieron en septiembredel año pasado por un delito de atentado contra la autoridad.La grabación de los golpes, difundida ayer por la mencionadaONG, fue aportada por la víctima al juzgado como prueba de laagresión que sufrió en el interior de las dependencias policiales.
La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Pamplona, trasinvestigar la denuncia presentada por el joven y SOS Racismocontra los policías municipales, tramitó la causa como una faltade lesiones, decisión que el propio denunciante ha recurridoante la Audiencia Provincial de Navarra por entender que la agresiónes constitutiva de un delito de torturas. La Sección Primeradilucidará en las próximas semanas este extremo.
Los hechos, que también han sido puestos en conocimiento delDefensor del Pueblo de Navarra, ocurrieron en la madrugada del11 al 12 de septiembre de 2009. El denunciante de la agresión,que ahora tiene 20 años de edad, relató que todo se inició enel exterior de un bar del barrio de San Juan de Pamplona, cuandoagentes de la Policía Municipal le pidieron la documentacióna un amigo. Al acercarse a preguntar el porqué de la detención,los agentes respondieron que se fuera, que a él "no le importaba".
Según su declaración, se sentó en un coche y de espaldas dijo"Vaya policía tenemos", momento en el que uno de los policíaslo empujó y lo tiró al suelo y a continuación le pidió la documentación.El denunciante preguntó al agente por qué lo había empujado yéste reaccionó empujándolo contra un portal, esposándolo, tirándolode nuevo al suelo e inmovilizándolo poniéndole una rodilla enla cabeza, nuevamente según su relato.
Los agentes lo llevaron entonces hasta el furgón, donde "le atraparonuna pierna al cerrar la puerta", y lo trasladaron a las dependenciasde la Policía Municipal en la calle Monasterio de Irache, dondese produjo la secuencia de hechos captados por la cámara. Enla grabación se ve cómo dos agentes bajan del furgón al jovenesposado con las manos a la espalda, tras lo cual, es empujadoy golpeado en varias ocasiones antes de ser llevado a una celda.La cámara que grabó la agresión está situada en el retén de lapropia Policía Municipal.
Tras estos hechos, el joven fue conducido al centro de salud,donde no comentó nada al personal sanitario sobre los golpesque le propinaron los agentes, sino que sólo le comunicó al médicoque "le dolía la cabeza". En el informe correspondiente, el facultativohizo constar: "Refiere dolor de cabeza tipo pulsátil a nivelde sien derecha tras una agresión", según señalaron desde SOSRacismo.
"NO ES EL CASO MÁS GRAVE" En conferencia de prensa, Kepa Soltxagainsistió en advertir que ésta "no es de las denuncias más gravesque hemos tenido, pero sí de la que tenemos constancia, pruebasy acceso", gracias a la grabación obtenida, lo que a su juicioredunda en la necesidad de instalar este tipo de cámaras en dependenciaspoliciales para grabar la estancia de los detenidos, como reclamandiversas ONG.
Esta circunstancia "da credibilidad a la versión de la personaagredida" que, de lo contrario, "se encontraría en una situaciónde mayor indefensión, ya que los jueces están dando un excesivovalor a la presunción de veracidad a los agentes de policía",dijeron los representantes de SOS Racismo.
En todo caso, advirtieron de que pese a que existían imágenesen esta ocasión, no fueron inmediatamente puestas a disposiciónjudicial "como hubiese sido lógico para que se determinase laposible comisión de una conducta delictiva" y sólo la intervenciónde SOS Racismo motivó su presentación en el juzgado casi un mesdespués (el 8 de octubre).