Estambul/Jerusalén. Cuatro aviones turcos que transportan decenas de activistas heridos de la Flotilla de la Libertad partieron a última hora de ayer del aeropuerto de Ben Gurión, cerca de Tel Aviv. Según fuentes israelíes, los cuatro aparatos volaban destino a Ankara y un quinto aparato, también con heridos, se encontraba a la espera de despegar hacia Grecia.

La partida de los activistas, entre ellos los tres españoles, de la Flotilla de la Libertad retenidos por Israel, la catalana Laura Arau, el madrileño Manuel Tapial (ambos miembros de la ONG Cultura, Paz y Solidaridad Haydée Santamaría) y el valenciano David Segarra, periodista del canal de televisión venezolano Telesur, se retrasó ayer al denunciar la ONG turca IHH que faltaban 25 personas y otras tres continuaban detenidas.

Los responsables de IHH subrayaron que los seis aviones turcos no despegarían de Israel ya que al comparar las listas de nombres con las autoridades israelíes faltaban 25 activistas y otros tres continuaban en prisión, según la agencia Anadolu.

Unas 120 personas habían salido el martes de Israel por el cruce de Allenby, fronterizo con Jordania, concretamente ciudadanos de países musulmanes, la mayoría de los cuales no mantienen relaciones diplomáticas con Israel. Otros 45 ya habían sido deportados desde el aeropuerto de Ben Gurión (cerca de Tel Aviv) tras firmar un documento de repatriación voluntaria.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció también la deportación antes de la noche del jueves de todos los activistas de la flotilla después de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas pidiera la "inmediata liberación" de "los civiles retenidos por Israel.

Previamente, se había valorado someter a juicio a los que, según aparece en un vídeo editado y difundido por el Ejército israelí, atacaron a las tropas de Israel durante el abordaje. Pero finalmente todos han sido deportados sin cargos. También deberán ser repatriados los cadáveres de los nueve activistas que fallecieron durante el asalto militar a los barcos, de cuya nacionalidad aún no se ha informó oficialmente, aunque en su mayoría son turcos, según adelantó bajo condición de anonimato un funcionario del Ministerio de Exteriores.

Mientras tanto, en el aeropuerto de Estambul, centenares de personas, entre amigos, familiares y simpatizantes convocados por mensajes de teléfono móvil, esperaban la llegada de los activistas. "Algunos de nuestros amigos retenidos han llamado a sus familias y han asegurado que algunos de sus compañeros fueron arrojados fuera del barco durante el abordaje israelí", dijo un responsable de IHH citado por la agencia Anadolu. "Mi vecino Yusuf estaba en el barco. Por lo que sé, está bien. Pero lo importante no es su estado de salud, sino el de todos", explicó Ismail, una de las personas que esperaban la llegada de los integrantes de la flotilla."Habrá más barcos y yo iré en ellos, incluso aunque tengamos que viajar en cayucos", aseguró el hombre, de unos 60 años. De hecho, IHH ha anunciado que enviará más flotas a Gaza y que, la próxima vez, podría ser de "unos 50 ó 100 barcos". "Nos llaman terroristas... ¡que nos llamen lo que quieran! Pero si Israel dispara a gente desarmada, a niños de dos años, a hombres de fe -en el barco había rabinos, curas e imanes-, entonces ¿quién es el terrorista?", apuntó Ismail.

Para el primer ministro israelí está clara la respuesta a esa cuestión. Benjamín Netanyahu, defendió ayer el asalto a la flotilla como única salida para hacer valer el bloqueo a la franja de Gaza y evitar que armas iraníes lleguen al movimiento islamista Hamás. En una comparecencia pública para defenderse del progresivo deterioro de la imagen pública de su Gobierno y la de Israel, Netanyahu afirmó que la intervención militar en la que murieron nueve activistas internacionales y casi cuarenta resultaron heridos forma parte de los "esfuerzos de proteger la seguridad" de los israelíes. "Hamás continúa rearmándose con armas iraníes. Nuestra obligación es evitar que esas armas entren por tierra, mar o aire", dijo el primer ministro israelí que rechazó rotundamente las críticas internacionales.

El "Rachel Corrie" irá a Gaza Entre tanto, el barco Rachel Corrie tiene previsto seguir adelante con sus planes de zarpar rumbo a Gaza y podría llegar en las próximas dos semanas, según los organizadores de la flotilla. El barco irlandés con 1.200 toneladas de ayuda incluye 560 toneladas de cemento y 100 toneladas de equipo médico, como consultorio dental, 200 sillas de ruedas, y material escolar y deportivo. Se trata de uno de los dos barcos de la Flotilla de la Libertad que no salió de puerto a tiempo por problemas técnicos.

Los organizadores temen que los "errores" cometidos por los servicios de inteligencia israelíes en su preparación ante la llegada de los seis barcos que el lunes fueron abordados en aguas internacionales provocará sin duda "cambios en la estrategia" de Israel de cara a la llegada de nuevos barcos. "Estamos determinados a continuar enviando barcos", afirmó la portavoz del movimiento Free Gaza, Greta Berlin, desde Larnaca, Chipre.

"El barco va a salir pero no hemos decidido cuándo", añadió, aclarando que el navío está listo para navegar por el Mediterráneo "durante un par de días". Mientras el movimiento tramita el envío de nuevos barcos inicia las consultas legales con abogados sobre el asalto letal del Mavi Marmara.