Vitoria. Después de una semana caracterizada por la búsqueda del acuerdo y la sucesión de reuniones y contactos telefónicos, el debate sobre la reformulación que el Gobierno Vasco quiere acometer sobre el Plan de Educación para la Paz entra en su recta final de la mano del informe que hoy emitirá la comisión permanente del órgano rector de la comunidad educativa: el Consejo Escolar del País Vasco.
La consejera de Educación, Isabel Celaá, anunció la semana pasada que su intención era abrir una ronda de contactos con todos los agentes que integran esta comunidad -federaciones escolares, sindicatos de profesores, asociaciones de padres y alumnos,...- para explicarles por fin las líneas maestras por las que pretende que transite el plan y cómo podría afectarles su aplicación en las aulas. Según explicaron ayer a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA fuentes tanto de Educación como de los propios agentes implicados, esta semana ha servido efectivamente para que Celaá se citara con ellos, a petición del propio departamento, si bien muchos aún lamentan haber recibido el texto por cauce oficial horas antes de verse con la consejera.
De manera paralela, el equipo que lidera el presidente del Consejo Escolar, también ha aprovechado esta semana para hacer sus deberes llenando su agenda de un calendario de reuniones aún más intenso que el de la consejera tras el que no ha dejado sin consultar a ninguno de los agentes implicados. Y es precisamente de esas reuniones de donde saldrán las conclusiones que hoy fijarán el criterio del Consejo.
"franqueza" y "cautela" Estos son los principales criterios que han presidido esta semana de debate por parte de los agentes educativos, que si bien no han tenido pelos en la lengua para expresar sus críticas a los responsables gubernamentales que las han querido escuchar, como estos mismos reconocen, también han tratado de que la prudencia sujetara sus posiciones para no enturbiar la elaboración de un marco tan sensible como es el encargado de educar a los escolares vascos en valores de paz. Pero lo cortés no quita lo valiente, y la mayoría de la comunidad educativa comparte dos objeciones que son las que han guiado sus reacciones desde que supieron por la prensa de la intención del Gabinete López de reformar el plan vigente y que, una vez que se consensúen y se pulan las formas en la cita de hoy, serán las que guiarán el informe que mañana recibirá el Ejecutivo.
el fondo y la forma La primera tiene que ver con la forma; con el procedimiento elegido por los impulsores de la reforma para echarla a andar sin contar con la opinión de los expertos que componen precisamente esa comunidad educativa que se ha sentido apartada del debate hasta esta recta final. La segunda llega hasta el fondo de la reforma, ya que que no terminan de entender que algunos impulsos políticos se hayan colado en la elaboración de un plan que debería tener unos objetivos y unas bases puramente pedagógicos, lo que se traduce, por ejemplo, en la defensa del marco que dibuja actualmente la Constitución española que propone el nuevo Plan. El informe que hoy emitirá la permanente del Consejo Escolar llegará mañana a manos del Departamento de Educación, uno de los dos implicados en esta reforma junto con el de Justicia que, de forma paralela, trata de buscar a nivel político ampliar los márgenes del acuerdo más allá del que actualmente comparten PSE, PP y UPyD. Por su parte, en Educación se muestran satisfechos del "diálogo enriquecedor" que han mantenido esta semana con los agentes educativos, y aseguran que tendrán muy en cuenta las aportaciones y las críticas que pueda recoger el informe del Consejo por cuanto les servirá para "calibrar" la acogida que estos agentes están dando a esta reforma.