vitoria. El responsable sanitario desmiente que la conversión de Santiago en un centro para enfermos crónicos suponga una suerte de desmantelamiento, porque "habrá una estructura sanitaria muy digna" por la cercanía del ambulatorio. Además, defiende a Patxi Lazcoz tras la polémica surgida en torno al uso futuro de los terrenos liberados, dado que es "razonable que un alcalde diga que quiere mejorar algo para los ciudadanos", y apenas aporta pistas sobre la concentración de consultas del fin de semana, que como adelantó este periódico, se pondrá en marcha en las próximas semanas.

¿Por qué era necesaria una reorganización hospitalaria en Álava?

En los últimos años, la provincia ha seguido una política muy uniformizante, y necesitábamos más que en otras partes llevar a cabo este proyecto porque supone dar un salto cualitativo. En un hospital más grande podremos hacer mejor asistencia y, sobre todo, más investigación y docencia, cosa que el arreglo actual nos impide. Álava también tenía otra carencia neta, la de un hospital para crónicos en el centro de Vitoria que evitase los desplazamientos. Con algunas de las cosas que estamos lanzando conseguimos reforzar de forma importante el circuito asistencial.

Pese a todo, las dudas no han tardado en surgir desde distintos ámbitos. ¿Podría "vender" el proyecto a los escépticos en unas palabras?

El proyecto tiene enormes virtudes. Rápidamente se ve que concentrar recursos en un gran centro multihospitalario es un salto cualitativo, un movimiento de fusión que se está haciendo en muchos sitios para hacer economías de escala. Cuando se tienen profesionales de una alta cualificación, como los que hay en Santiago y Txagorritxu, trabajando juntos en lo que saben hacer, obviamente empieza a hacerse mucha más difusión del conocimiento. Es muy importante que el conocimiento vaya en tiempo real. Y también el terreno de la investigación, porque al crear un centro universitario grande vamos a poder tener mucha más potencialidad para los jóvenes médicos, subir el volumen de MIRes y hacer una enfermería nueva. La fusión es el mejor escenario posible para construir la medicina del siglo XXI en Álava. Y para conseguirlo, porque no sale de la nada, se hará una inversión muy importante.

¿Le han sorprendido las críticas que está sumando el plan?

A pesar de ese esfuerzo inversor, sigue habiendo resistencias al cambio, que son bastante naturales. A aquellos que están preocupados porque parece que desaparece algo hay que decirles que no, porque aparece una cosa muchísimo mejor, sólo que algunos van a tener que desplazarse algo más. El 90% de lo que se tiene que hacer en medicina va a seguir estando en la zona de Santiago. Allí habrá una estructura sanitaria muy digna, con el ambulatorio y el centro de crónicos. Las virtudes de este proyecto son múltiples, y por eso nos mojamos en esta dirección.

¿Cree que la oposición al proyecto, sobre todo desde el ámbito sindical, tiene un trasfondo político?

Nunca se sabe, pero tampoco me importa. Somos un grupo que ya lleva un año caminando, y espero que dando una imagen absolutamente técnica y profesional de lo que estamos haciendo. Las decisiones sobre este hospital no han seguido una línea política, porque si no hubiéramos decidido otras cosas. El proyecto tiene apoyo político, técnico, presupuestario y empiezan a reunirse condiciones para que se haga. Al mismo tiempo, hemos abierto un proceso de comunicación muy amplio con todos los profesionales de salud para explicarlo en los diferentes centros. El pasado lunes hubo una reunión en la asociación Las cuatro torres donde la gente comprendió el proyecto pese a que en un principio algunos eran resistentes. Ahora lo ven. Habrá muchas más sesiones de este tipo, para que los ciudadanos nos trasladen sus inquietudes y nosotros respondamos.

Se ha hablado, precisamente, de oscurantismo y falta de participación de los profesionales a la hora de elaborar este plan. ¿Qué tiene que decir?

Hay dos o tres informes técnicos, auditorías de ingeniería y estructura para ver qué margen de maniobra teníamos a la hora de construir, y ambos han dicho que hay que moverse a Txagorritxu. Ahora tenemos un proceso muy importante de codiseño con todos los profesionales, en el que va a haber distintos grupos de trabajo con los especialistas de cada hospital. Es evidente que hay tensiones, personas que creen que unos van a ganar y otros perder, pero en los tres o cuatro próximos años vamos a poder cocinar el proceso como se ha hecho en muchos otros lugares con experiencias similares, como Donostia o Murcia, donde esas tensiones han sido mucho menores de lo que uno podría imaginarse.

¿Insiste en que los temores al recorte de personal, fruto de esa concentración de servicios, son infundados?

Sí, porque no se va a hacer una reestructuración a la baja, sino a la alta, con más personal, más camas, docencia, investigación y servicios. No es como la reestructuración de las minas de la margen izquierda, o de La Naval. Las resistencias a este proyecto son normales, pero la gente sabrá ver sus virtudes.

¿Se equivocó Lazcoz al lanzar la propuesta de dotar de usos residenciales y de un centro cívico a la zona liberada de Santiago el mismo día en que usted presentó el proyecto?

Cuando aparece un nuevo espacio en el centro de una ciudad, es bastante razonable que un alcalde diga que quiere mejorar algo para los ciudadanos. Él no utilizó las palabras que se han usado después, en relación a un empleo indebido del suelo. Habló de que quería darle a esa zona un uso especialmente público, mejorando la ciudad para los vecinos de Vitoria. No sé por qué se ha montado la bronca porque, francamente, me parecía la lógica de un alcalde. Es verdad que todavía no se había discutido en base municipal, porque las decisiones deben tomarse ahí. Y eso es lo que vamos a hacer también nosotros, hablar con el ámbito municipal para saber qué se hace en ese espacio, que obviamente es muy interesante.

En cualquier caso, ¿es definitivo que sólo se conservará para usos sanitarios el edificio colindante al ambulatorio Olaguíbel?

Es posible que se conserve parte de la estructura física de lo que no vamos a utilizar pero con otro uso, porque el edificio puede tener unas virtudes que hay que mantener. Puede que sea necesario, ya lo dirán los especialistas, que parte del edificio se conserve por razones históricas.

¿Podría reutilizarse esa zona en principio excluida, incluso, para otro tipo de actividades sanitarias?

Puede tener miles de usos, pero eso es una decisión municipal. Con el movimiento que hacemos creemos que tenemos la infraestructura sanitaria que nos hace falta. Son decisiones que hay que tomar con calma.

Otro tema candente y que revolucionará la asistencia sanitaria en un futuro más próximo es la concentración de las consultas médicas del fin de semana en varios centros de referencia. ¿A qué responde fundamentalmente este plan?

Se trata de una cuestión que no está necesariamente vinculada al ahorro, sino a la calidad. Tenemos centros muy infrautilizados los sábados, que apenas reciben pacientes, y por eso debemos concentrar la atención. Es una decisión de gestión habitual, que tomaría cualquier organización o empresa para hacer una buena utilización de los recursos humanos y las infraestructuras.

¿Y cómo se va a plasmar concretamente en Vitoria?

Está en estudio. A lo largo de este año los cambios se irán haciendo progresivamente en colaboración con las entidades municipales. No hace falta hacerlos en bloque, ni tampoco queremos tener a varios profesionales de salud en un centro donde no va casi nadie.

No quiere dar ninguna pista.

Todavía no, porque Vitoria está en crecimiento en lo que a los centros de salud se refiere. En Sanidad, todo el mundo quiere tener las infraestructuras lo más cerca posible. Estamos en un país en el que durante la semana la gente tiene un centro de salud a cinco o siete minutos de casa, esto es muy raro en el mundo. Que haya que tomar decisiones de concentración es natural. La gente verá que donde concentremos los recursos humanos habrá más medios para atenderles bien, aunque igual tenga que moverse algo más cuando tenga una urgencia el fin de semana. Supone una buena utilización de los recursos, y muy pronto se verán los resultados.