PAMPLONA. La creencia de que fumar adelgaza ha quedado desmentida. Investigadores del Departamento de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra (UNAV) han evaluado la relación entre dos factores de riesgo cardiovascular: el hábito de fumar y el aumento de peso cuando los fumadores dejan el 'mono' y cuando continúan fumando.
Los resultados, recién publicados en la Revista Española de Cardiología, “son decisivos para plantear programas de prevención”, explica a SINC Francisco Javier Basterra-Gortari, autor principal del estudio e investigador de la UNAV.
Los datos, fruto de un análisis de 7.565 personas durante 50 meses se ajustaron por edad, sexo, índice de masa corporal inicial y estilos de vida (sedentarismo, cambios de actividad física, ingesta energética y de fibra, comidas entre horas, consumo de refrescos, de comida rápida y de alcohol).
La ganancia de peso de las personas que dejaron de fumar durante el estudio era mayor cuantos más cigarrillos al día fumaban en el momento de comenzar la investigación. Quienes seguían fumando también ganaron durante ese periodo más peso que las personas no fumadoras.
Los autores afirman que el tabaquismo no es una forma efectiva de prevenir la obesidad. “De hecho la aumenta, sobre todo en ex fumadores y en fumadores que continúan exponiéndose”, subraya Basterra-Gortari.