lisboa/madrid. Las teorías sobre el supuesto desplazamiento de la retaguardia de ETA a Portugal por la presión policial en Francia no son nuevas. De hecho, después del hallazgo en Huelva, muy cerca de la frontera lusa, en junio de 2007 de un vehículo matriculado en Portugal cargado con más de cien kilos de explosivos un alto cargo del Ministerio de Interior portugués admitía la existencia de la hipótesis "de que ETA pueda aprovechar el territorio luso para preparar actos de terrorismo". Esa hipótesis podría tomar más fuerza si se confirma que ETA está detrás de la vivienda hallada ayer en Obidos, a poco más de cien kilómetros al norte de Lisboa y a menos de 300 kilómetros de la frontera española.
Por el momento, los datos ofrecidos por las autoridades lusas son escasos y, de hecho, ni siquiera en la rueda de prensa que ofrecieron ayer al mediodía vincularon el inmueble a ETA, sino que simplemente se refirieron a una "organización terrorista". En el garaje anexo, según se confirmó tras el registro ya a primera hora de la noche, se encontraron unos 500 kilos de explosivos, al parecer nitrato de amonio, siete bombas lapa listas para detonar -según la Policía lusa, de un alto grado de sofisticación-, detonadores, 17 armas cortas, 4.500 cartuchos, así como mapas de ciudades españolas.
Esta vivienda fue localizada, según los altos mandos policiales lusos, tras la denuncia de un vecino que informó de que la casa -situada en una zona residencial- llevaba varios días con puertas y ventanas abiertas y las luces encendidas. Según estas mismas fuentes, el inmueble fue alquilado a través de una inmobiliaria por un periodo inferior a medio año por dos hombres de documentación española que se instalaron en ella hace dos meses.
furgoneta abandonada Se da la circunstancia de que el lunes pasado fue aprehendida en esa misma región una furgoneta robada hace un año en la localidad lusa de Castelo Branco, con detonadores y matrículas falsas en su interior, vehículo que, según los vecinos, usaban los inquilinos de la casa. En dicha furgoneta -con placas dobladas-, se encontraron matrículas, palas, guantes -se cree que para la construcción de zulos-, así como dos detonadores.
Fuentes de la lucha antiterrorista española citadas por Efe identificaron ayer a los dos hombres que habrían abandonado precipitadamente la vivienda de Obidos como Andoni Zengotiabengoa Fernández y Oier Gómez Mielgo, ambos con antecedentes por kale borroka. Precisamente, en la furgoneta interceptada por la Guardia Civil a inicios de enero en Zamora en dirección a Portugal -que transportaba material para fabricar bombas- fue hallada documentación a nombre de un hermano de Zengotiabengoa. En ese operativo fueron arrestados Garikoitz García e Iratxe Yáñez, pendientes de entrega a España.
El Gobierno español expuso ya entonces las sospechas de que ETA podía haber organizado una infraestructura en el país vecino. De hecho, en el reciente auto de procesamiento dictado por Baltasar Garzón contra Garikoitz Aspiazu, Txeroki, Arkaitz Goikoetxea, Jurdan Martitegi y Aitor Artetxe, por el atentado con coche bomba perpetrado en 2007 contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Durango -el vehículo utilizado había sido robado en Portugal-, el juez de la Audiencia Nacional acusaba a Aspiazu de ordenar al comando que preparara una base permanente en Lisboa. Las autoridades no descartan que ETA pueda tener otra base al norte del país.
operación de la ertzaintza Por otra parte, Eloy Velasco envió ayer a prisión a Igor Martín y Olaitz Lema, detenidos por la Ertzaintza el pasado martes en Jaca y Ondarroa, acusados de integración y colaboración en banda armada, respectivamente. Fuentes policiales difundieron la tesis de que Martín residía en Jaca "desterrado" allí por ETA, ya que al parecer cuando vivía en Euskadi "alardeaba de manera ostentosa y pública" de su militancia, versión negada por el detenido ante el juez.
ErNE defendió ayer la participación de la Ertzaintza en el arresto en la localidad oscense, recordando que tenía "autorización judicial", tras la denuncia del Sindicato Unificado de Policía, que amenazó con emprender acciones legales contra el juez por permitir a la Policía vasca actuar fuera de Euskadi. ErNE detalló que durante el operativo conjunto con la Policía Nacional se produjo un "conflicto" competencial por "la falta de colaboración de un inspector trasladado desde Madrid".