AURORA, Mila, Pili, Isabel y Secun, vecinas del barrio de San Cristóbal, fueron de las más tempraneras en llegar ayer al polideportivo de Mendizorroza. "Venimos a la aventura", confesaba el grupo sin saber muy bien lo que allí se iba a encontrar, una vez se abrieran las puertas. "Estaba planchando en casa, me han llamado y me han dicho: nos vamos de fiesta", comentó una de ellas.
Pasadas las cinco de la tarde, al igual que esta dicharachera cuadrilla de amigas, comenzaron a llegar los primeros asistentes a la fiesta de Navidad organizada por los centros socioculturales de mayores de la ciudad. Unos llegaron hasta Mendi informados en alguno de los centros de la ciudad, otros se enteraron por la radio o, simplemente, por el boca a boca. Aunque, sin duda, todos los asistentes compartían un único objetivo: pasárselo bien.
No obstante, también hubo quien reconoció que si lograba algún premio en el sorteo, que tuvo lugar en la fiesta, mejor que mejor. Aunque para aquellos que no tuvieron en el día de ayer la suerte de cara, pudieron degustar, con gusto, una rica chocolatada. Gabriel, por ejemplo, repite experiencia de otros años. Eso sí, las razones las tiene claras. "Me llevo un buen chocolate y un buen baile con Joxelu Anaiak", contaba rotundo.
Precisamente, con los compases iniciales del mítico grupo vitoriano, los primeros valientes se lanzaron a bailar. Aunque Juani y Antonio estaban "deseando bajar", optaron por esperar a que la siguiente canción sonara en el recinto deportivo, esta vez acondicionado como una inmensa pista de baile.
Aunque otros como Norato y Vitorina acudieron con la compañía de su nieto Alex. "No sé si bajaré a bailar", comentaba vergonzoso el pequeño. El matrimonio también repitió. Mientras, a pie de pista, Encarna, Ana María e Inés, que acudían por primera vez, reconocieron que habían dejado a los maridos "en casa".
chocolate para cargar pilas Muy cerca de allí, se ultimaban los preparativos en la mesa que serviría para que los asistentes recargasen las pilas tras el baile. "Tenemos chocolate, bizcochos y refrescos como para mil personas", reconocía una de las responsables. Loli y Antonio se dejaron ver también por la pista danzando al ritmo de Joxelu Anaiak. Aunque eso sí, ellos mismos reconocíeron que bailaban, pero como amigos. "Ahora es cuando podemos aprovechar al máximo cosas como ésta", afirmaba el hombre. Aun así, no todos estaban por el mismo motivo, es el caso de Fernando y Álvaro. "Venimos por si conseguimos novia", contaban risueños. A buen seguro, más de uno se marchó habiendo conocido a alguien nuevo, algún otro con las piernas cansadas de tanto bailar, con algún regalo entre las manos, o con el buen sabor de boca que le dejó el espectáculo de Algara Dantza Taldea. Todos ellos tienen una cita, eso sí, el año que viene.