VITORIA. "Sólo una quinta parte de las transacciones acordadas llevan la firma de PSE y PP, por lo que la acusación de que ambos partidos estamos aplicando el rodillo de forma permanente es absolutamente falsa". La aprobación de los Presupuestos de 2010 el pasado día 23 debería haber sido uno de los momentos dulces para el Gobierno Vasco y su grupo parlamentario en sus primeros meses de legislatura, después de haber logrado que el luminoso del Legislativo proyectara como resultado las Cuentas vascas menos rechazadas "de la última década", como subrayó el portavoz del PSE-EE, José Antonio Pastor, durante ese Pleno. Un momento dulce que tenía que venir a apuntalar el mensaje de transversalidad con el que el Gabinete López ha vestido su discurso.

No obstante, el descalabro del millar de enmiendas parciales presentadas por la oposición al proyecto presupuestario colocó al grupo socialista frente a un espejo poco deseado, el de la crítica unánime de la oposición, que en la sesión en comisión no dudó en reprochar al partido en el Gobierno -y a su socio preferente- el uso del famoso utensilio de cocina. El filtro era estrecho y venía marcado por el compromiso de someter al parecer previo del PP los acuerdos que el PSE-EE pudiera alcanzar con otros grupos. Y el portavoz popular, Antón Damborenea, fue meridiano en el Pleno del pasado miércoles: las enmiendas de la oposición eran "inasumibles".

Así que el secretario general del grupo socialista en la Cámara vasca, Óscar Rodríguez, tiró ayer de estadística para reenfocar la fotografía y devolverla a ese luminoso inusualmente escaso de luces rojas -sólo seis en el Pleno presupuestario del pasado miércoles-. De las 133 proposiciones no de ley y mociones aprobadas este año, sólo 28 lo fueron exclusivamente con los votos de socialistas y populares y otras siete, con los de ambos junto con el de UPyD. Es el argumento con el que los socialistas vascos intentan desmentir ese traído y llevado rodillo parlamentario, después de que apenas hace una semana el Euskobarómetro diera un serio varapalo a su entente con el PP y al propio Gobierno de Patxi López.

el cauce central Con estos mimbres, el PSE retoma el discurso del "cauce central" que hiciera célebre el anterior lehendakari, Juan José Ibarretxe. De este modo, los socialistas vascos se reivindican como eje vertebrador del 95% de los acuerdos adoptados en el Parlamento de Vitoria. "Están sordos y fortificados -reprochaba el miércoles pasado Aintzane Ezenarro, portavoz de Aralar, al PSE-EE-. Lo lógico en una situación como la suya, en la que nacen con un déficit de legitimidad, sería intentar alcanzar acuerdos con el resto de los grupos. Pero no, su problema más grave es que se han acabado creyendo su propia mentira, su propio cuento de hadas". A esa acusación, Óscar Rodríguez contraponía ayer el hecho de que sólo seis de esas 133 iniciativas aprobadas en la Cámara vasca no han contado con el voto socialista.

Pero ese luminoso en verdes y amarillos que el PSE-EE intenta poner en valor no oculta para la oposición que el Ejecutivo, por el simple hecho de no necesitarlo, ha evitado siquiera entrar a negociar las enmiendas parciales a la Ley de Presupuestos de 2010, la norma más importante del año, con la explicación añadida a posteriori de que las modificaciones planteadas sólo afectaban al 4% de las Cuentas, argumento que molestó especialmente a los grupos enmendantes. Por otra parte, la imagen de "grandes consensos", como los definía ayer Rodríguez, que ofrece el marcador de votaciones, al menos en el caso presupuestario -así como en el de la Ley de Medidas Presupuestarias Urgentes-, tiene más de forma que de fondo. El propio Pastor lo admitía en el Pleno del día 23 cuando, dirigiéndose a la bancada del PNV, le reconocía su ejercicio de "responsabilidad" al abstenerse en la votación, "pero responsabilidad de interés mutuo asimétrico", decía el portavoz socialista en referencia al acuerdo de estabilidad presupuestaria e institucional que ha tenido como contrapartida la misma respuesta del PSE-EE para las Cuentas de las diputaciones.

Sin embargo, los socialistas vascos encuentran otro pilar sobre el que sustentar esa variedad y amplitud de acuerdos de la que hablan, y lo hacen precisamente subrayando que "ni el 10%" de los debates llevados a la Cámara vasca en estos siete meses versan "sobre asuntos identitarios o sobre el mal llamado conflicto vasco", ninguno de ellos, añadió Rodríguez, propiciado por el PSE-EE.

De este modo, el grupo socialista se sacude la presión a la que le somete la oposición en torno a debates relativos a EiTB, la ikurriña o la celebración del aniversario del Estatuto y, de paso, reivindica la bandera de esos acuerdos transversales también en algunas de estas materias. En concreto, el parlamentario socialista se refirió al consenso unánime alcanzado recientemente sobre la reparación a las víctimas de la violencia de motivación política desatendidas por la normativa vigente y otro cerrado por 68 de los 75 parlamentarios para eliminar las subvenciones a colectivos que enaltezcan el terrorismo.