VITORIA. La izquierda abertzale ilegalizada no ha dicho su última palabra sobre su futuro. Aún no ha levantado su última carta, aquella de la que depende su vinculación con la violencia. La penúltima es la reflexión del sector más radical en la que aboga por mantener la lucha armada de ETA como "instrumento muy eficaz" para seguir presionando al Estado español. El documento Mugarri, al que ha tenido acceso este diario, es la respuesta de los duros a las propuestas del sector posibilista liderados por Arnaldo Otegi y Rafa Diez Usabiaga. Son las dos líneas de pensamiento puestas sobre el tapete para una partida que se está librando con un debate interno muy intenso, según han podido confirmar a este diario fuentes conocedoras de la izquierda aber-tzale histórica.

En las cincuenta páginas del documento Mugarri, el ala dura de la formación ilegalizada señala que "si la izquierda abertzale quiere ser eficaz y abrir un nuevo escenario, tiene que abordar la lucha armada desde la globalidad de su estrategia". Bajo ese inoscuo concepto de globalidad se refugia la práctica de la lucha armada por parte de ETA. Según las citadas fuentes, el texto contaría con el visto bueno de la organización armada que ve así reflejadas negro sobre blanco buena parte de sus tradicionales tesis simbolizadas en el Bietan Jarrai de su logotipo.

En esta misma línea argumental, los duros señalan en el apartado denominado Estrategia integral que "la lucha de cincuenta años de la Izquierda Abertzale está basada en la estrategia político-militar". Reconocen que el recorrido de esta estrategia ha sido "más duro que fructífero", aunque perseveran en él con el convencimiento de que abre nuevas fases de liberación. "La lucha armada ha cumplido el papel fundamental para crear nuevas condiciones, para poner nuevos límites y para poder dar pasos en el proceso de liberación", añaden.

LA VÍA ARMADA La ponencia defiende la vía armada como "instrumento eficaz para reforzar las condiciones y la necesidad de una solución democrática y en la presión de cara al Estado". Realiza otra clara referencia a los vasos comunicantes entre la estrategia armada y la militar al vincular las iniciativas y actividades a impulsar en favor de los pasos políticos que demanda el "proceso político" que se ha de plasmar en Euskal Herria. "Y para eso es imprescindible poner las fuerzas en ese proceso y dar pasos en función de las mismas", apostilla el documento.

La estrategia política que tiene que retomar la izquierda abertzale ilegalizada tiene, a juicio de este sector, que ir ligada a la apuesta por conseguir un nuevo solar jurídico-político en Álava, Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra, pero que al mismo tiempo incluya el reconocimiento social e institucional de Lapurdi, Zuberoa y Baxenafarroa, es decir, los siete territorios de Euskal Herria a ambos lados del Bidasoa.

En otro capítulo, la ponencia advierte de la necesidad de realizar una planificación detallada para "enfrentarse" de manera eficaz a los diferentes juicios que se van a celebrar en los próximos días y meses contra su entorno y, en este sentido, cita los procesos contra Egunkaria -el juicio comienza el próximo martes, día 15-, Udalbiltza y Batasuna.

La participación de ETA en esta reflexión se ha limitado a la supervisión de la ponencia, aunque los vasos comunicantes habrían hecho mella en la redacción final. El debate interno se está produciendo en un periodo de relativa distensión, ya que desde los atentados el pasado 30 de julio contra la casa-cuartel de Palmanova en los que murieron los guardias civiles Carlos Sáenz Tejada y y Diego Salvá ETA no ha vuelto a actuar. Un día antes, hizo estallar una potente bomba contra la casa cuartel de Burgos. En esta ocasión no hubo víctimas, aunque la deflagración causó graves consecuencias en el edificio de la Guardia Civil. Previamente, a mediados de junio, una bomba-lapa adosada al vehículo del inspector de la Policía española Eduardo Puelles segó su vida a las puertas de su domicilio en Arrigorriaga.

La ausencia de atentados en los últimos cinco meses puede ser interpretado de diferentes maneras, aunque algunas fuentes apuntan a que la banda armada está monitorizando el debate interno, mientras busca su espacio para tener predicamento y ascendente entre las bases de la izquierda abertzale tradicional. En síntesis, son dos las posturas puestas sobre la mesa de debate. La reflejada en la ponencia Mugarri que aglutina al sector alineado en torno a los postulados más duros y proclives a la combinación de la lucha armada y la acción política; y la que recoge el sentir y las tesis de los posibilistas, que abogan por una acción política y sin violencia, en clave de unidad de las fuerzas abertzales, a excepción del PNV. Las posiciones de este sector cuyas cabezas visibles son Otegi y Diez Usabiaga -actualmente en prisión tras ser detenidos en octubre por orden de la Audiencia Nacional- han ido saliendo a la palestra en los últimos meses a través de diferentes declaraciones públicas y documentos en los que han ratificado su apuesta, a través de vías exclusivamente políticas, por la creación de un polo soberanista.

Las tesis de este sector estaban recogidas fundamentalmente en el documento titulado Clarificando la fase política y la estrategia, que vio la luz en octubre. Las bases de la izquierda abertzale oficial debatieron pueblo a pueblo este texto que, al parecer, contó con un respaldo mayoritario.

Posteriormente se produjeron las detenciones de Otegi, Diez Usabiaga y otras ocho personas vinculadas a la izquierda abertzale ilegalizada y a LAB, en la sede de este sindicato en Donostia el pasado 13 de octubre. Para esa fecha el debate estaba lanzado y las propuestas pragmáticas de este sector tendrían el viento a favor.

DEBATE INTENSO Así llegó la Declaración de Altsasu en el que las caras más referenciales de la izquierda abertzale oficial se reunieron en la localidad navarra que vio nacer en 1977 a Herri Batasuna para alumbrar un documento en el que fijaban con luz y taquígrafo la postura oficial de los posibilistas. En el acto, escenificado al más acto nivel cualitativo y cuantitativo, estuvieron históricos dirigentes o mahaikides como Rufi Etxeberria, Jone Goirizelaia, Iñigo Iruin, Floren Aoiz, Txomin Ziluaga o Joserra Etxebarria, entre otros. El acto dio carta de naturaleza a la apuesta de este sector por un "proceso democrático y pacífico". Fue una declaración de "principios y voluntad" en el que se remarcó que la prioridad es "superar el escenario de enfrentamiento armado".

El debate sigue caliente tanto en el colectivo de presos como en las bases. De la transacción de ideas y fuerzas entre ambos sectores dimanará la resolución del proceso de discusión interno en la izquierda abertzale histórica. En el horizonte de este debate estánlas elecciones municipales y forales de 2011.