Hasta hace poco tiempo casi todo el mundo tenía claro que ejercitar el “cardio” era la mejor manera de quemar calorías y perder peso. Sin embargo, cada vez son más habituales los llamamientos a hacer ejercicios de musculación porque, a la luz de la evidencia científica, parecen igual de buenos o mejores.

Los ejercicios aeróbicos tienen como objetivo producir una quema de calorías mediante una subida del ritmo cardíaco en ejercicios más o menos prolongados: una carrera, saltar a la comba, andar a buen ritmo, ciclismo, natación, correr o zumba.... Por el contrario, los ejercicios de fuerza tienen la finalidad de desarrollar el músculo.

La teoría dice que el ejercicio de fuerza tiene efectos a medio y largo plazo en la reducción de grasa corporal

Para perder peso es necesario activar el metabolismo para aumentar el consumo de calorías y quemar grasa, aunque las formas de hacerlo son variadas. Cuando nuestro cuerpo necesita mucha energía para realizar una actividad, se activa el metabolismo y comienza a consumir más sustancias (grasas y glúcidos, normalmente) para producir más energía. La única manera de aumentar este consumo es subiendo el nivel de actividad física.

Es importante destacar que el músculo es uno de los tejidos que más energía consume por eso, si se dispone de más músculo, nuestro organismo necesita más grasa y glúcidos para mantenerlo activo. En decir, a mayor cantidad de músculo, más energía (en kilocalorías) gastamos y para conseguir más músculo los ejercicios de fuerza son vitales. Es más, la teoría dice que el ejercicio de fuerza tendrá a medio y largo plazo efectos en la reducción de grasa corporal y, además, lo tendrá de manera mucho más permanente. Incluir, por tanto, trabajo muscular es indispensable en los planes de entrenamiento.

El control de la alimentación, la constancia y el cuidado del sueño son necesarios en cualquier caso

Sin embargo, el Colegio Americano de Medicina Deportiva pone énfasis sobre la importancia de combinar el trabajo cardiovascular de duración prolongada y de intensidad moderada con ejercicios musculares para favorecer la eliminación de las grasas y aumentar el metabolismo basal. Una rutina combinada de trabajo cardiovascular y de tonificación garantiza resultados en todos los casos.

Hábitos saludables

No obstante, lo que todas las personas expertas ponen de manifiesto es que no existen fórmulas mágicas para perder peso de manera saludable. Ni el entrenamiento de fuerza ni el de cardio resultarán eficaces de forma aislada. El control de la alimentación resulta necesario para obtener buenos resultados y hay que evitar buscar la pérdida rápida de peso, ya que existe el temido efecto rebote que puede convertir lo que hoy es alegría en desesperación mañana. Por tanto, la fórmula imprescindible para tener éxito si se quiere tener un peso adecuado, pasa por buscar hábitos saludables para lo que habrá que tener una alimentación sana, que se mantenga en el tiempo, actividad física diaria y buen descanso.