Las autoridades de Rusia y Ucrania han confirmado que el nivel del agua del río Dniéper ya está comenzando a bajar tras días de inundaciones por toda la zona tras la destrucción de la presa de Kajovka, de la que Kiev y Moscú se acusan mutuamente.

Las autoridades rusas estiman que el nivel del agua en la localidad de Nova Kajovka, en la orilla occidental del Dniéper y la población bajo control ruso más afectada por la destrucción de la presa, recuperará su nivel habitual a finales de la semana que viene tras las inundaciones causadas por el incidente, del que Kiev y Moscú se acusan mutuamente.

El nivel del agua en la ciudad ha bajado tres metros en las últimas horas, hasta los siete metros de altura, en parte gracias a las operaciones de bombeo, según el gobernador de la parte de la región de Jersón bajo control ruso, Vladimir Saldo.

El gobernador ha añadido que, según los cálculos preliminares de la hidroeléctrica rusa RusHydro, "el cauce del Dniéper regresará a su curso habitual, por debajo de la central hidroeléctrica Kajovskaya", en torno al 16 de junio, según el mensaje publicado en su cuenta de Telegram.

Según Saldo, más de 6.000 personas han sido evacuadas de los territorios inundados, incluidos 235 niños y 81 personas con movilidad reducida. Más de 1.700 evacuados han sido instalados en centros de alojamiento temporal, y 32 personas han sido trasladadas al hospital.

La presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, a 60 kilómetros de la ciudad de Jersón, fue destruida el martes durante la madrugada y ha dejado completamente inundados numerosos asentamientos en Jersón, provocando la muerte de al menos cinco personas. Las autoridades de ambos países están evacuando a los habitantes de las zonas afectadas.

Tanto Rusia como Ucrania se han acusado mutuamente de la destrucción de la presa, que pone en peligro el bombeo de agua a la central nuclear de Zaporiyia, el abastecimiento de agua a la península de Crimea, bajo control ruso, y la destrucción de poblaciones y tierras de cultivo a ambas orillas del río.

Por su parte, el responsable de la Administración Militar de Ucrania en Jersón, Oleksandr Prokudin, también ha confirmado que el agua está descendiendo en la parte de la región bajo control de su país, si bien ha avisado que el peligro todavía no ha terminado.

Según las cifras que baraja, el nivel medio actual del agua es de 4,72 metros por encima del habitual, tras registrar un retroceso de 31 centímetros en las últimas horas.

Sin embargo, Prokudin ha confirmado que las operaciones de rescate en las zonas afectadas todavía continúan porque muchas personas están en peligro debido a la explosión de la central hidroeléctrica Kajovskaya, en la presa.

En lo que a víctimas se refiere, el Ministerio del Interior ucraniano, en su último balance de este sábado, ha confirmado al menos cuatro muertos, 27 desaparecidos y 2.620 evacuados, entre ellos 160 niños, recoge el portal de noticias ucraniano Chas News.