Sánchez no es el PSOE

– Ya conté aquí mismo ayer que no tengo muy claro cómo le puede salir a Sánchez su todo o nada. A la vista de su currículum entre Houdini y MacGuiver, es perfectamente factible que vuelva a salir vivo de su paso hacia el abismo. Como también anoté, si le sale mal y muere matando, ya le pueden ir quitando lo bailado. Aquel culiparlante que hacía bulto en el Congreso no podía imaginar ni remotamente que acabaría durmiendo en Moncloa y, de propina, codeándose durante cinco años con los principales dirigentes del planeta. Como ex se vive más que bien. En cualquier caso, y aquí va el propósito real de estas líneas, nadie debe asimilar el paso a mejor vida de Sánchez y el sanchismo (si es que tal cosa existe realmente) con la muerte del PSOE.

Travesía del desierto

– Es posible que, en caso de perder las elecciones a cara o cruz del 23 de julio, el partido pase un tiempo de zozobra. Incluso de mucha zozobra, con cuchillos cruzándose entre quienes, por cierto, hasta anteayer mantenían la cabeza gacha y se cuadraban ante el líder. También los que van de versos sueltos, como el de la columna de la derecha. Pero en un tiempo razonable de oposición y travesía del desierto, aparecerá alguna figura que ahora ni siquiera está en nuestras cabezas y, con un par de circunstancias coyunturales favorables el partido que fundó Pablo Iglesias Posse hace 144 años volverá a entrar en la pomada y estará en condiciones de disputar y obtener gobiernos, incluido el de España.

Precedentes

– No hace falta irse muy lejos en el tiempo para comprobar la capacidad de resurrección. Tras el revolcón de Rajoy a ZP en 2011, pasaron años en que las huestes de Ferraz no levantaron cabeza. En 2016 pareció que la irrupción de Podemos las mandaba directamente al banquillo. La situación fue especialmente crítica cuando Pedro Sánchez llegó a un acuerdo con Albert Rivera para presentarse como alternativa al PP. En esos tiempos en que mirábamos como lelos la política griega, se decretó que el PSOE seguiría los pasos de su homólogo heleno, al borde de la desaparición. Pasokización se bautizó un fenómeno… que jamas se produjo. Dos años después, ese mismo Sánchez llegó a Moncloa. Y hasta hoy. Más cerca, hemos visto cómo el PSN del agostazo, el marzazo y alguna tropelía más parecía irse por el desagüe sin remisión. Hoy vuelve a liderar la mayoría de gobierno de progreso. De igual modo, el PSE que entró en barrena tras gobernar con el PP ha ido recuperando fuelle y ahora es fuerza determinante en la CAV. Menos prisas con las esquelas.