Exministra española de Asuntos Exteriores: Ignacio Cembrero, que es, sin lugar a dudas. el periodista con mejor información sobre Marruecos (y de ahí, su persecución), ha publicado en El Confidencial que su destitución se produjo una semana después de que una delegación de la satrapía alauí se lo exigiera a representantes del gobierno de Pedro Sánchez. Como es costumbre en Cembrero, la noticia está documentada al milímetro. Es cierto que deberían hablar el propio Sánchez y quien hoy ostenta su cartera, el ínclito José Manuel Albares. Pero una de las pelotas está también en su tejado. Sería bienvenida su versión de los hechos. Respecto a la interpretación, está clara: los deseos de Rabat son órdenes para Moncloa. Triste.