El protocolo que aplicaba la Ertzaintza ante el quebrantamiento de órdenes de alejamiento dictadas contra hombres acusados de violencia machista se ha endurecido en Álava a raíz del asesinato de Maialen, la mujer embarazada de gemelos, presuntamente a manos de su expareja.

La Fiscalía de Álava ha decidido cambiar los protocolos en este territorio para que la Policía Vasca detenga a partir de ahora a quienes infringen órdenes de alejamiento, aunque la víctima lo consienta, han informado a EFE fuentes policiales.

De hecho, en el resto de Euskadi así se actúa e incluso la Policía Local de Vitoria también arresta a los que incumplen las órdenes de alejamiento, pero en Álava existía cierto "relajamiento" con estos casos, han señalado las mismas fuentes. "Lo triste es que tengamos que esperar a que ocurra una muerte" para cambiar los protocolos, han denunciado fuentes sindicales de la Ertzaintza.

Y es que la decisión se ha adoptado dos días después del asesinato machista de Maialen Mazón, de 32 años y natural de Vitoria, en un apartahotel de Vitoria.

Este crimen suscitó reacciones en ámbitos policiales y jurídicos que pusieron en cuestión la protección que se dio a la víctima dado que la Ertzaintza conocía la situación de Maialen y de su presunto asesino, Jaime Roca, que solían convivir, a pesar de que el hombre tenía al menos dos denuncias en Castellón y otra más en Torremolinos por violencia machista contra su mujer.

La Ertzaintza tuvo dos contactos con la víctima, una en enero y otra diez días antes de su asesinato y dijo a los agentes que no se sentía en peligro y que el quebrantamiento era "consentido", según desveló el consejero vasco de Seguridad, Josu Erkoreka, el pasado lunes.

Fuentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado consultadas por EFE dejan claro sin embargo que en toda España quebrantar una orden de alejamiento dictada por un juzgado es delito, por mucho que la víctima a la que se busca proteger consienta o facilite el acercamiento del agresor.

En los primeros años de aplicación de la Ley integral contra la violencia de género, aprobada en 2004, hubo criterios dispares en los tribunales, pero la sala segunda del Tribunal Supremo aprobó un acuerdo en 2008 en el que dejó claro que "el consentimiento de la mujer no excluye la punibilidad a efectos del artículo 468 del Código Penal".

Además, las Fuerzas de Seguridad del Estado tenían calificada a Maialen como mujer en alto riesgo.

También la Asociación Clara Campoamor, dedicada a la defender a las mujeres víctimas de violencia machista y que se ha personado como acusación popular en este caso, señaló que algo había "fallado" a la hora de evaluar el riesgo que sufría Maialen y dejó claro que incumplir una orden de alejamiento "es un delito, al margen de que ella consienta".

"Ella vino a Euskadi con una evaluación especial -que implica una situación de gravedad- y aquí no se adoptaron medidas" oportunas, afirmó el abogado de esta asociación, José Miguel Fernández.

A partir de ahora esta situación cambiará con la nueva instrucción de la Fiscalía a la Ertzaintza de Álava, que aplicará los mismos protocolos que en el resto de Euskadi.

De hecho, esta misma semana ha ingresado en prisión un hombre que venía quebrantado la orden de alejamiento de su expareja en Vitoria y cuya víctima consentía esa situación, han informado las mismas fuentes policiales, que reclaman más formación en la Ertzaintza para evaluar estos casos y que las unidades de agentes especializados en Violencia de Género no trabajen únicamente de lunes a viernes en horario de mañana.