Si hace 57 años Miguel Delibes descubrió a los lectores a una Menchu Sotillo que se revelaba ante el cadáver de su marido, lo que hace ahora Manuel Vilas con su Irene, protagonista de la novela Nosotros, es crear a una adicta al placer y al deseo tras quedarse viuda porque la vida, sin esto, “no tiene sentido”.

Pero Irene “está en otra galaxia” muy distinta a Menchu y, al igual que canta Shakira en su último tema creado junto al productor Bzrp, prefiere un reloj Cartier a un Casio, un BMW descapotable a un Twingo y un hotel con vistas al mar antes que un hostal escondido en una calle sombría. Pero no solo lo desea, sino que tras la muerte de su marido, y la herencia que le ha dejado, lo puede tener y “hace lo que le da la gana”.

Así lo ha contado Vilas (Barbastro, Huesca, 1962) con motivo de la publicación de Nosotros (Destino), el libro que con el que se ha alzado con el Premio Nadal 2023 y con el que ha hecho lo que más le interesa: “hablar del deseo”.

Lo hace sin reservas porque es consciente, según ha dicho, que el placer “sigue siendo un problema en esta sociedad porque quizá está vinculado a la sexualidad”. “Irene cree haber vivido una vida maravillosa junto a su marido y no acepta su muerte, así que se inventa una vida para reinventarse y lo que más me gusta de ella es que hace lo que quiere (...) ella es el descubrimiento del placer como uno de los principales valores de la vida”, ha añadido acerca de la trama de esta novela que no es más, ni menos, que “una celebración del amor”.

Una manera de afrontar la vida con la que Vilas coincide al compartir con su protagonista un hecho, el que el “momento más maravilloso de la vida es cuando deseas”; pero a través de ella también propone creer que es posible encontrar parejas que después de 20 años casados siguen teniendo pasión.

“Un amigo me dijo que este libro se debería titular El milagro porque eso es un matrimonio perfecto tras 20 años. La vida de un ser humano es la construcción de un nosotros”, una reflexión que traslada también al ámbito laboral, aunque con una crítica: “En la conversación pública actual ahora lo principal es encontrar un trabajo pero ¿qué pasa con la vida sentimental?”.

Toda una oda a la alegría de vivir que envuelve en una suerte de “mística del capitalismo” gracias a Irene, cuyo final descolocará al lector, y quien cree que lo que su marido querría es que ella siguiera brillando cada mañana al levantarse. “Tenemos una mala relación con el capitalismo porque es inhumano”.