La competitividad y la productividad son condiciones esenciales para el desarrollo de las empresas, y han estado en el centro de la política de la UE desde hace décadas. Ante las recientes y sucesivas crisis, la UE ha puesto en marcha una respuesta común y coordinada que demuestra que nuestra fuerza conjunta es mayor que la suma de los esfuerzos de todos los Estados miembros. Si hemos aprendido algo, es evidente que es el momento de a largo plazo de la UE en un contexto geopolítico cada vez más complejo. Ha llegado el momento de mirar más allá de 2030, año para el que se han fijado la mayoría de los objetivos políticos de la UE. La doble transición anclada en el Pacto Verde Europeo y en la Década Digital debería estimular el crecimiento y la modernización de la economía de la UE.

Mercado único

Para fomentar el futuro de la competitividad de Europa, la Comisión propone trabajar en torno a nueve factores que se refuerzan mutuamente. Un mercado único que funcione: El mercado único representa 23 millones de empresas que emplean a casi 128 millones de personas y contribuye a un aumento estructural del PIB de la UE de alrededor del 9%. Ofrece a las empresas acceso a una base de clientes de más de 440 millones de personas y constituye el fundamento para poder crecer a través de las fronteras y realizar economías de escala. Acceso al capital privado y a la inversión: La profundización de la unión de los mercados de capitales es esencial para desbloquear la inversión privada, diversificar las fuentes de financiación y asignar el capital de manera eficiente en toda la UE. Completar la unión bancaria también es crucial para la competitividad de la economía europea. Inversión pública e infraestructuras: La inversión pública es esencial para promover la competitividad a través de la inversión en ámbitos como la investigación y el desarrollo, la educación y la asistencia sanitaria, para fomentar un mercado único bien conectado y sin fisuras mediante la inversión en infraestructuras, y para atraer la inversión privada.

Investigación y circularidad

La UE representa alrededor de una quinta parte de las publicaciones, las patentes y la investigación e innovación más citadas del mundo, aunque cuenta con menos del 7% de la población mundial. En la actualidad, la UE invierte unos 330 000 millones al año en investigación e innovación, lo que corresponde al 2,26% de su PIB. Invertir en innovación hoy se traduce en una mayor competitividad mañana. Energía: desde el máximo alcanzado en la subida del precio del gas el pasado mes de agosto, los precios del gas han tendido a la baja, comparables a los registrados antes de la guerra en enero de 2022. Sin embargo, los precios de la electricidad para las empresas y los consumidores de la UE siguen siendo más elevados que en otras partes del mundo, por ejemplo, doblan el precio de los EEUU. Circularidad: una economía circular, propiciada por la revolución tecnológica, es crucial para disociar el crecimiento económico del uso de los recursos primarios. También permitiría a Europa aumentar la productividad de los recursos hasta un 3% anual. Esto se traduciría en un aumento del PIB del 7% con respecto a la situación actual, con efectos positivos adicionales en el empleo y el medio ambiente.

Digitalización: situándose como uno de los sectores más importantes, se prevé que el mercado mundial de las TIC alcance un volumen de 6 billones en 2023. A pesar de la naturaleza esencial de la industria de las TIC para la competitividad de muchos sectores, la cuota de la UE en el mercado mundial de las TIC ha disminuido del 21,8% en 2013 al 11,3% en 2022. Educación y capacidades: con las transiciones ecológica y digital, cada vez más personas tendrán que desarrollar nuevas capacidades para adaptarse a los avances tecnológicos en sus propios puestos de trabajo, o para ocupar puestos de trabajo en otros sectores. Esta es la razón por la que el Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales establece el objetivo principal de que al menos el 60% de todos los adultos participe en actividades de formación cada año de aquí a 2030, lo que supondría un aumento respecto al 37% de 2016, y que se alcance al menos el 78% de la tasa de empleo para ese mismo año. Comercio y autonomía estratégica abierta: la UE ha aprovechado la fuerza económica y política que conlleva ser una potencia comercial, beneficiándose de las ventajas del comercio abierto no solo en términos de bienes, sino también de servicios y protección de la propiedad intelectual. Sin embargo, ello no le ha convertido en actor determinante geopolítico.