El futuro del banquillo azulgrana continúa en el aire y sigue siendo el asunto que más urge resolver por parte de la dirección deportiva baskonista, ya que de ello dependerá que el resto de operaciones del conjunto gasteiztarra en el mercado puedan ponerse en marcha. La figura de Joan Peñarroya está más cuestionada que nunca por su mal final de temporada con la eliminación en cuartos de final de la ACB contra el Joventut por 0-2, pero, según ha podido saber este periódico, aún hay opciones de que el técnico catalán continúe al frente del banquillo la próxima campaña.

Peñarroya llegó a Vitoria-Gasteiz el pasado verano con un contrato por dos temporadas, aunque la segunda dependía de una serie de objetivos que no se cumplieron. Concretamente, el preparador de Terrassa debería haber clasificado al equipo para el Top 8 de la Euroliga y haber alcanzado las semifinales de la ACB para renovar automáticamente su vinculación con el Baskonia, pero no se cumplió ninguna de las dos metas. 

Tras mantenerse en puestos de play off durante toda la temporada, el cuadro alavés perdió la oportunidad de terminar entre los ocho mejores del continente en la última jornada con su derrota ante el Olympiacos, mientras que en la liga doméstica el Joventut, al igual que en la Copa del Rey, ejerció de verdugo en cuartos de final.

Al terminar la temporada, el club comunicó a Peñarroya su decisión de no ejecutar la opción de prolongar el contrato hasta el verano de 2024 y abrió un periodo de reflexión para ambas partes sin cerrar del todo la puerta a la continuidad del técnico. Durante estos últimos días, y mientras llegan ofrecimientos de otros entrenadores al Buesa Arena, como el griego Ioannis Sfairopoulos, se siguen manteniendo conversaciones entre las dos partes.

De esta forma, ya se ha abierto una rendija para que el Baskonia y Peñarroya alcancen un nuevo acuerdo que brinde algo de estabilidad al banquillo azulgrana. Para ello, el catalán deberá aceptar unas condiciones diferentes a las que habría tenido en caso de haber cumplido los objetivos, presumiblemente un acuerdo a la baja, que está por ver si tendrá una respuesta positiva por su parte.

Pese a que los resultados finales no fueron los esperados, Peñarroya ha logrado una buena sintonía con la afición azulgrana Jorge Muñoz

Sin grandes alternativas

Este nuevo escenario que se está abriendo poco a poco con Peñarroya tiene otro trasfondo como las complicaciones para encontrar un recambio de garantías que pueda liderar el proyecto de la temporada 2023-24. El Baskonia está sondeando el mercado sin que una opción ideal se haya puesto a tiro, en algunos casos por el elevado caché de los potenciales objetivos y en otros porque no convencen a la plana mayor. Entre estos últimos se encuentra el griego Sfairopoulos, uno de los ofrecimientos que han llegado a las oficinas del Buesa Arena, pero que no se contempla para capitanear el equipo.

En las últimas décadas el Baskonia se ha movido en un círculo cerrado de entrenadores, con sucesivos regresos de Dusko Ivanovic, Velimir Perasovic, Sergio Scariolo, Pedro Martínez o Neven Spahija. Peñarroya, por su parte, tiene la predisposición por seguir, ya que eso le permitiría mantenerse en la rueda de grandes entrenadores del continente y no abandonar el escaparate de la Euroliga.

En cualquier caso, este tira y afloja en el que se encuentran actualmente el Baskonia y el técnico catalán no es la mejor forma de empezar el nuevo proyecto en el caso de que finalmente el de Terrassa sea el elegido para comandar el banquillo la próxima temporada. Y todo ello a causa de las fricciones que suelen darse en este tipo de negociaciones y el crédito perdido por Peñarroya en el tramo decisivo del curso.

Lo que está claro es que esta situación no se alargará eternamente, ya que en el resto de banquillos de la Euroliga ya se están produciendo movimientos –los últimos, por ejemplo, el adiós del italiano Andrea Trinchieri al Bayern Munich o la posible marcha de Scariolo a Toronto– y necesitan sentarse cuanto antes las bases de lo que será la plantilla de la próxima campaña.