Conocer a fondo un problema de salud, investigar sobre él y buscar y encontrar soluciones para que, a medio y largo plazo, esos hallazgos permitan mejorar en la medida de lo posible la calidad de vida de todo tipo de pacientes.

Es, de forma resumida, el abecé de Bioaraba, el Instituto de Investigación Sanitaria de la OSI Araba, que desde su creación ha impulsado innumerables proyectos en sus siete áreas estratégicas de la mano de 400 profesionales adscritos a su estructura.

La entidad no descansa y ahora, superado lo peor de la pandemia y gracias a una ayuda de 120.000 euros de Fundación Vital, acaba de poner en marcha cinco nuevas investigaciones en torno a las alteraciones del equilibrio, la ansiedad y la depresión, la disminución del dolor en neonatos, los jóvenes y el alcohol y la anorexia nerviosa, así como un laboratorio de innovación biomédica.

Los investigadores principales de estos dos primeros proyectos, el otorrinolaringólogo Asier Lekue y la psiquiatra Andrea García, profesionales de la OSI Araba en ambos casos, han querido compartir con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA las características de sus incipientes trabajos, que vuelven a posicionar al Instituto como el enorme laboratorio en beneficio de los pacientes que es.

Una patología incurable

El proyecto impulsado por Lekue tiene como meta analizar si una pauta de ejercicio físico supervisado puede ayudar a las personas con hipofunción vestibular unilateral crónica a mejorar su calidad de vida.

Para los profanos, se trata de una patología incurable que se manifiesta mediante vértigos y alteraciones en el equilibrio y que induce a reducir la actividad física, a llevar una vida sedentaria y, en consecuencia, a desarrollar otros problemas de salud. “A mayor sedentarismo, peor se encuentran, es otra consecuencia de su enfermedad. Tienen miedo a salir a la calle sin ayuda, a perder el equilibro y caerse... Pero se ha visto que, cuanto más activos están, más estímulos visuales o posturales aportan al cerebro, estos pacientes capean mejor su malestar”, contextualiza el profesional.

De esta última conclusión surgió la idea de Lekue de contactar con la Facultad de Educación y Deporte de la UPV/EHU en Gasteiz, en concreto con su profesora Sara Maldonado, experta en pautar ejercicio dirigido para mejorar el bienestar de personas con diferentes alteraciones o patologías. Dicho y hecho.

"Cuanto más activos están, más estímulos visuales o posturales aportan al cerebro, estos pacientes capean mejor su malestar"

Asier Lekue - Otorrinolaringólogo e investigador de Bioaraba

El reclutamiento comenzó el pasado diciembre y el proyecto cuenta ya con 15 pacientes participantes, a los que se sumarán nuevos integrantes en septiembre. Divididos en un grupo de intervención y otro de control –al que no se indica una actividad específica–, irán aportando a los investigadores diferentes pistas para abordar la dolencia con mejores garantías.

“Son personas que dan vueltas por muchos especialistas y a las que solo les sirve una rehabilitación diaria y mucho trabajo personal. Sigue siendo una patología desconocida a nivel médico”, remarca Lekue. Con todo, en su consulta atiende al año a “30 o 40” nuevos pacientes.

Dos trastornos muy prevalentes

Desgraciadamente, y sobre todo a raíz de la crisis sanitaria, al hogar profesional de la psiquiatra e investigadora Andrea García, el HUA-Santiago, llegan unos cuantos más. En concreto, personas con ansiedad y depresión, dos trastornos mentales con una prevalencia “para nada desdeñable” y que, según la OMS, ha crecido un 25% desde que estalló la pandemia.

El estudio liderado por García, que aún está “en la casilla de salida”, busca evaluar si los microorganismos que se encuentran en la flora intestinal y oral de los pacientes con estas dos patologías son diferentes a los de las personas que no presentan estos síntomas.

La psiquiatra e investigadora Andrea García, en el HUA-Santiago Pilar Barco

En definitiva, si el conjunto de bacterias que se localizan en esas partes concretas del organismo pueden actuar como biomarcadores de estas enfermedades y, a la larga, “combatirlas con opciones más adecuadas y estrategias más tempranas de prevención”.

"El objetivo es combatir la ansiedad y la depresión con opciones más adecuadas y estrategias más tempranas de intervención"

Andrea García - Psiquiatra e investigadora de Bioaraba

“El objetivo es abrir un campo de tratamiento nuevo”, remarca la especialista, que cuenta con la colaboración –entre otros profesionales– de una referente como la psiquiatra Ana González-Pinto.

Por ahora, el proyecto está en fase de reclutamiento de pacientes, que conformarán tres grupos –control, ansiedad y depresión– de al menos 60 personas cada uno.

Junto a los proyectos liderados por Asier Lekue y Andrea García, Bioaraba va a poner en marcha otros tres estudios centrados en la disminución del dolor en neonatos, los jóvenes y el alcohol y la anorexia nerviosa, así como un laboratorio de investigación e innovación biomédica para pacientes, gracias a la ayuda económica de Fundación Vital.

Es una beca de 120.000 euros en total de los que 70.000 irán destinados a la compra del equipamiento necesario para crear este último espacio, BioHackLab Araba, que a través de la exploración y la experimentación tecnológica buscará hacer partícipes a los propios pacientes de la investigación sobre sus patologías.

El objetivo del primer año de andadura del laboratorio serán pacientes con afectación de la marcha y del patrón motor global. Posteriormente, el campo podrá abrirse a otros procesos de rehabilitación, con un “especial interés” en graves enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson. BioHackLab Araba está coordinado por Fernando Martínez Carballal, técnico informático de la OSI Araba.

Al margen de esta iniciativa, un grupo de enfermeras de la unidad de Neonatología del HUA-Txagorritxu, liderado por Oihana López, va a investigar y tratar de averiguar cuál es el momento más adecuado para administrar sacarosa oral a los recién nacidos antes de realizar una maniobra dolorosa, como sacar sangre o coger una vía, para disminuir ese dolor. El equipo comparará si es mejor suministrar el azúcar justo en el momento de la realización del procedimiento doloroso –como se hace ahora– o dos minutos antes.

Otro estudio impulsado por Bioaraba trabajará con adolescentes para conocer su percepción acerca del alcohol y servirá para codiseñar una herramienta tecnológica que acerque la realidad del consumo y sus efectos. A la larga, la investigación liderada por la pediatra Iratxe Salcedo, que tiene su hogar profesional en la OSI Rioja Alavesa, tratará de modificar “percepciones erróneas” y conductas relacionadas con el consumo.  

El último proyecto enmarcado en la colaboración entre el Instituto de Investigación y Fundación Vital tratará, entretanto, de conocer más acerca de la anorexia nerviosa, una enfermedad cuya incidencia también está aumentando en los dos últimos años a raíz de la pandemia.

Este equipo de investigadores buscará comprobar si algunas alteraciones en las funciones cognitivas de las personas que sufren trastornos de alimentación están relacionadas con problemas en la llamada barrera hematoencefálica. O lo que es lo mismo, las membranas que separan el cerebro y sus componentes y la circulación sanguínea.

Este estudio, en concreto, está liderado por la psiquiatra Noelia Olmo, que contará con la colaboración de los grupos de investigación de Psiquiatría de Bioaraba.