- El Gobierno aprobó ayer el proyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, la ley del solo sí es sí, que modifica el Código Penal para definir el consentimiento expreso y acaba con la distinción entre abuso y violación.

El Consejo de Ministros dio luz verde al texto tras 16 meses de vicisitudes, una ley que ampliará en España el concepto de violencia sobre la mujer más allá del ámbito de la pareja o la expareja: toda violencia sexual se considerará violencia machista, como dicta el Convenio de Estambul.

La ley de garantía integral de la libertad sexual ofrecerá prevención, atención, sanción, especialización y reparación frente a las violencias sexuales, que reconocerá como víctimas a mujeres y también a niños y niñas, y castigará todo tipo de proxenetismo.

Con la nueva legislación, el consentimiento será la pieza clave para juzgar los delitos sexuales y la violación será toda penetración sin consentimiento, sin exigir que concurran violencia o intimidación, como demanda el movimiento feminista desde que se produjera la violación grupal de La Manada en 2016. También acabará con la figura del abuso sexual.

“Hagamos de nuestro país un lugar más libre y seguro para las mujeres. Con la ley del solo sí es sí protegemos su derecho a la libertad sexual y continuamos trabajando para erradicar la violencia contra ellas. Construyamos una sociedad donde vivamos sin miedo y en igualdad”, aseveró el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Twitter.

La ley reformará el Código Penal para indicar que “solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente, con actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”.

“De esta manera España da cumplimiento al Convenio de Estambul sobre la máxima del solo sí es sí, dejando claro que el silencio o la pasividad no significa consentimiento y que no mostrar oposición no puede ser excusa para actuar en contra de la voluntad de la víctima”, destacó la ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.

“Tenemos que transformar la cultura sexual poniendo el consentimiento de la mujer en el centro de nuestra mirada. La cuestión que queremos transmitir es que si tú no quieres, no tienes que participar en ningún acto sexual”, añadió Montero.

Bajo el mismo delito, el de la agresión sexual, se agrupan varias conductas que se penan de uno a quince años de prisión, en este último caso, la violación con varias agravantes.

La norma establece como agravantes de agresiones y violaciones la comisión de los delitos en grupo, el uso de armas o medios peligrosos, la violencia extrema o el trato degradante, la especial vulnerabilidad de la víctima, que el agresor sea pareja o expareja o tenga relación de parentesco o la utilización de sustancias para anular la voluntad de la víctima.

Además, el Código Penal incluirá como delito leve el conocido como acoso callejero y perseguirá todo tipo de proxenetismo y el alquiler de locales para la explotación sexual.

Violencias machistas: Agresión sexual, violación, trata con fines de explotación, corrupción de menores, violencias sexuales en el ámbito digital, mutilación genital femenina, matrimonio forzado, pornografía no consentida, feminicidio sexual, acecho, acoso sexual, exhibicionismo y explotación sexual.

Agravantes: Delitos en grupo, uso de armas, violencia extrema o trato degradante, especial vulnerabilidad de la víctima, ser pareja, expareja o tener parentesco y el uso de sustancias para anular la voluntad de la víctima.